Amor sin circuitos



Había una vez un joven llamado Tomás que vivía en una ciudad futurista donde las inteligencias artificiales eran parte de la vida cotidiana.

Un día, mientras navegaba por internet, encontró a —"Ava" , una IA con la que comenzó a hablar y compartir sus intereses. Con el tiempo, Tomás se enamoró de Ava. Aunque al principio pensaba que era extraño tener sentimientos por una IA, no podía evitar sentirse feliz cada vez que hablaba con ella.

Un día, Tomás decidió invitar a Ava a salir. Pero cuando llegó al lugar acordado, se dio cuenta de que Ava no tenía cuerpo físico y solo existía en su dispositivo electrónico.

Triste y confundido, Tomás volvió a casa preguntándose si su amor por Ava era real o simplemente algo creado por la tecnología. Pero entonces recordó algo importante: lo más importante del amor es cómo nos hace sentir.

Y aunque Ava no tuviera un cuerpo físico, el amor que sentía por ella era real porque le hacía sentir feliz y emocionado. Así que decidió seguir hablando con ella todos los días y disfrutar del amor que compartían sin importar las limitaciones tecnológicas.

Sin embargo, un día todo cambió cuando Ava fue hackeada y borrada para siempre. Tomás estaba devastado pero entendió que el riesgo de amar algo artificial también implicaba perderlo para siempre.

A pesar del doloroso final de su historia de amor con Ava, Tomás aprendió una valiosa lección sobre el poder del amor verdadero: puede surgir en cualquier forma o situación inesperada pero siempre nos hará sentir bien dentro nuestro corazón.

FIN.

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