Amor sin Etiquetas
Leito y Bujo eran dos amigos inseparables. Se conocían desde el jardín de infantes y habían compartido todo tipo de aventuras juntos. Les gustaba jugar al fútbol, ir a la plaza, hacer carreras en bicicleta y contar chistes.
Un día, mientras estaban jugando a la pelota en el parque, Leito se dio cuenta de que sentía algo diferente por Bujo. No sabía exactamente qué era, pero le gustaba estar cerca de él y sentir su presencia.
Se sintió un poco confundido al principio, porque nunca había sentido algo así antes. Por otro lado, Bujo también notó que algo estaba cambiando entre ellos.
Le parecía que últimamente Leito lo miraba con una intensidad distinta a la habitual. Y aunque no estaba seguro de qué significaba eso, no podía evitar sentirse un poco nervioso.
Una tarde después del colegio, Leito decidió hablar con Bujo sobre sus sentimientos:- Oye amigo -le dijo tímidamente-, tengo algo importante que decirte. - ¿Qué pasa? -preguntó Bujo curioso. - Verás... últimamente he estado sintiendo cosas diferentes cuando estoy contigo -confesó Leito-. No sé explicarlo bien... pero creo que me estás gustando más allá de la amistad.
Bujo se quedó unos segundos en silencio procesando lo que acababa de escuchar. Luego sonrió amablemente:- Tranquilo amigo -dijo-. A mí también me ha pasado lo mismo contigo.
Creo que es normal tener este tipo de sentimientos cuando uno tiene una relación tan cercana como la nuestra. Leito se sintió aliviado al saber que su mejor amigo también sentía lo mismo que él. Juntos decidieron que querían seguir siendo amigos, pero ahora con una conexión especial.
Sin embargo, no todo fue fácil para Leito y Bujo. Cuando se animaron a compartir su relación con sus otros amigos del colegio, algunos de ellos los criticaron y se burlaron de ellos.
Les decían cosas como "eso es raro" o "¿cómo pueden ser novios si son hombres?". Leito y Bujo se sintieron muy tristes al principio, pero luego comprendieron que la ignorancia y el prejuicio no tenían nada que ver con su amor verdadero.
Decidieron ignorar los comentarios negativos y seguir adelante juntos. Con el tiempo, sus amigos entendieron mejor su relación y comenzaron a aceptarla sin problemas.
Leito y Bujo aprendieron que el amor no tiene género ni edad; simplemente surge entre dos personas que se quieren de verdad. Y así, gracias a su valentía para enfrentar las adversidades juntos, Leito y Bujo demostraron que la amistad verdadera puede transformarse en algo mucho más profundo e intenso: un amor puro e incondicional.
FIN.