Amor Sin Fronteras



Había una vez, en algún lugar de América Latina, un joven llamado Diego que vivía en Perú y una joven llamada Sofía que vivía en México. Ambos tenían 14 años y se conocieron a través de internet.

Desde el primer momento en que comenzaron a hablar, sintieron una conexión especial y se convirtieron en amigos inseparables. Con el tiempo, su amistad se transformó en algo más profundo: ambos jóvenes se enamoraron perdidamente.

Sin embargo, había un gran obstáculo entre ellos: la distancia. Aunque soñaban con verse cara a cara algún día, sabían que no sería fácil. La primera barrera que tuvieron que enfrentar fue la diferencia horaria.

Perú estaba tres horas atrás de México, por lo que era complicado encontrar momentos para hablar sin interrupciones. Pero eso no les impidió pasar horas conversando cada día. Luego vino el problema del idioma.

Si bien Sofía hablaba español y Diego también, había diferencias sutiles entre el español mexicano y peruano. A veces tenían dificultades para entenderse completamente, pero nunca dejaron que eso los separara. A medida que pasaba el tiempo, surgieron más desafíos.

Las responsabilidades escolares ocupaban gran parte de su tiempo y energía. Tenían tareas, exámenes y proyectos constantemente; incluso sus vacaciones no coincidían. Además, sus padres eran muy protectores y no estaban seguros de permitirles viajar solos tan jóvenes para conocerse en persona.

Esto los entristeció mucho ya que anhelaban abrazarse y estar juntos físicamente. Sin embargo, Diego y Sofía nunca perdieron la esperanza. Se prometieron que, cuando cumplieran 18 años, harían todo lo posible para encontrarse.

Ahorrarían dinero, buscarían vuelos y tratarían de convencer a sus padres de que era seguro. A medida que crecían juntos a través de la pantalla, aprendieron sobre las diferentes culturas en las que vivían. Intercambiaban historias sobre su país y compartían tradiciones.

Esto hizo que su amor se fortaleciera aún más. Finalmente, el día tan esperado llegó: Diego cumplió 18 años y Sofía también estaba cerca de esa edad. Luego de mucho esfuerzo y persuasión, lograron convencer a sus padres de permitirles conocerse en persona.

Con corazones llenos de emoción y nerviosismo, Diego voló desde Perú hasta México para reunirse con Sofía. Cuando finalmente se vieron cara a cara, fue como si todos los obstáculos desaparecieran al instante. Su amor era real y fuerte.

Pasaron una semana juntos explorando la ciudad donde vivía Sofía. Conocieron lugares hermosos y compartieron momentos inolvidables.

Aunque sabían que tendrían que separarse nuevamente al finalizar la visita, estaban felices por haber tenido la oportunidad de estar juntos al menos por un tiempo. A partir de ese momento, Diego y Sofía se comprometieron a seguir luchando por su amor sin importar cuántas barreras tuvieran que enfrentar en el camino.

Sabían que no sería fácil ni rápido cerrar la distancia entre ellos definitivamente, pero estaban dispuestos a hacerlo porque habían descubierto algo especial: el verdadero amor no tiene fronteras ni barreras que lo detengan.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!