Amor verdadero, amistad eterna



Había una vez en un pequeño pueblo, tres amigos inseparables: Pedro, Juan y Marta. Vivían aventuras juntos todos los días y siempre estaban dispuestos a ayudarse mutuamente.

Sin embargo, había algo que complicaba su amistad: ambos niños estaban enamorados de la misma niña llamada Sofía. Pedro y Juan eran buenos amigos desde la infancia, pero cuando Sofía llegó al pueblo, todo cambió.

Era una niña encantadora con ojos brillantes y una sonrisa que iluminaba cualquier lugar donde estaba. Pedro se enamoró a primera vista mientras que Juan empezó a sentir cosas extrañas en su corazón cada vez que veía a Sofía.

Los dioses del amor, Cupido y Venus, observaron el conflicto entre los dos amigos y decidieron hacer una apuesta para ver quién sería el elegido por el amor de Sofía. Cupido creyó firmemente en el poder del amor verdadero mientras que Venus pensaba más en las circunstancias externas.

Un día soleado, los tres amigos fueron al parque a jugar como solían hacerlo. Mientras jugaban al escondite detrás de un viejo roble, Cupido apareció ante ellos con su arco y flechas mágicas.

"¡Hola niños! He visto cómo han estado peleando por el amor de Sofía", dijo Cupido con voz dulce. "He decidido ayudarlos resolviendo esta situación". Los ojos de Pedro y Juan se iluminaron ante la idea de tener un poco de ayuda divina para conquistar a Sofía.

"Escuchen bien", continuó Cupido,"Les daré cada uno una flecha mágica del amor. La persona que logre tocar el corazón de Sofía con su flecha, será quien gane su amor". Los niños estaban emocionados y agradecieron a Cupido por su generosidad.

Pedro y Juan tomaron sus flechas mágicas y se prepararon para la competencia. Mientras tanto, Venus observaba todo desde las sombras. No estaba convencida de que el amor verdadero pudiera decidirse mediante una simple apuesta. Así que decidió intervenir también.

Venus apareció ante los niños en forma de una hermosa mariposa amarilla brillante. "¡Hola chicos! Veo que están jugando para ganarse el amor de Sofía", dijo Venus con una sonrisa.

"Pero déjenme decirles algo importante: el verdadero amor no se basa solo en conquistar a alguien, sino en hacerla feliz". Pedro y Juan escucharon atentamente las palabras de Venus mientras reflexionaban sobre lo que realmente significaba amar a alguien.

"Si quieren ganarse el corazón de Sofía, deben demostrarle cuánto la valoran como persona", continuó Venus. "El amor no es solo un sentimiento egoísta, sino un compromiso para cuidar y respetar al otro".

Los ojos de Pedro y Juan se llenaron de comprensión mientras asentían ante las palabras sabias de Venus. Se dieron cuenta de que habían estado enfocados únicamente en ganar la apuesta sin considerar los sentimientos reales de Sofía. Decidieron olvidarse del concurso y concentrarse en hacer feliz a Sofía como amigos leales.

Juntos planearon sorpresas especiales, ayudaron a Sofía con sus tareas escolares y siempre estuvieron ahí para escucharla cuando necesitaba desahogarse. Con el tiempo, Sofía se dio cuenta de la verdadera amistad y el amor que Pedro y Juan le ofrecían.

No podía elegir entre ellos porque ambos eran importantes en su vida. Les agradeció por ser amigos tan maravillosos y les dijo que no tenía intención de romper su amistad por un concurso.

Cupido y Venus observaron orgullosos cómo los tres niños habían aprendido una valiosa lección sobre el amor y la amistad. Ambos dioses decidieron terminar la apuesta, ya que los corazones de Pedro, Juan y Sofía estaban llenos de cariño genuino.

Desde aquel día, los tres amigos continuaron compartiendo aventuras juntos, sin importar quién estaba enamorado de quién. Descubrieron que el verdadero amor no se trata solo de ganar o perder, sino de estar allí para los demás en cada paso del camino.

Y así, Pedro, Juan y Sofía vivieron felices para siempre como los mejores amigos que podrían haber tenido.

FIN.

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