Amor y Generosidad
Había una vez un niño llamado Juanito que vivía en un pequeño pueblo. Era la noche de Navidad y las calles estaban llenas de luces, música y alegría.
Pero para Juanito, esta noche no era tan especial como para los demás niños. Juanito provenía de una familia muy humilde y no tenían mucho dinero para celebrar la Navidad. Su mamá trabajaba largas horas como empleada doméstica y su papá había fallecido hace algunos años.
A pesar de todas las dificultades, Juanito siempre mantenía una sonrisa en su rostro. Esa noche, mientras caminaba por el pueblo, Juanito vio a través de la ventana de una tienda un hermoso árbol navideño decorado con luces brillantes y coloridas guirnaldas.
Sus ojos se iluminaron al verlo, pero también sintió tristeza porque sabía que nunca tendría uno igual en su casa.
Decidido a hacer algo especial esa noche, Juanito se acercó a un grupo de niños jugando en la plaza del pueblo. Ellos tenían regalos envueltos bajo sus brazos y parecían muy emocionados. "¡Hola chicos! ¿Qué están haciendo?", preguntó Juanito curioso. "Estamos esperando al Papá Noel", respondió uno de los niños con entusiasmo.
Juanito miró hacia el cielo oscuro y frío y dijo:"¿Papá Noel? ¿De verdad viene?"Los niños asintieron emocionados mientras seguían esperando impacientes. Sin pensarlo dos veces, Juanito decidió ayudar a esos niños a tener una verdadera Nochebuena llena de magia y alegría.
Corrió a su casa y reunió todos sus juguetes, los envolvió con papel brillante y los colocó en una bolsa.
Luego, fue a la panadería del pueblo y pidió al amable dueño si podía donar un poco de pan para los niños que esperaban a Papá Noel. El dueño aceptó encantado y le dio una gran canasta llena de pan recién horneado. Juanito volvió corriendo a la plaza donde los niños aún esperaban.
Les entregó los regalos que había preparado con tanto amor y compartieron el delicioso pan entre todos. "¡Juanito, eres increíble! ¡Gracias por hacer nuestra noche tan especial!", exclamaron emocionados los niños.
Justo en ese momento, mientras disfrutaban de la comida y abrían sus regalos, escucharon un ruido proveniente del cielo. Todos miraron hacia arriba y vieron cómo un trineo tirado por renos se acercaba rápidamente. Papá Noel descendió del trineo con una sonrisa en su rostro.
Al ver lo que Juanito había hecho por esos niños, se sintió muy orgulloso de él. "Juanito, has demostrado el verdadero espíritu navideño: el amor y la generosidad", dijo Papá Noel mientras le daba un cálido abrazo al pequeño.
Desde aquel día, Juanito aprendió que no importa cuánto tengamos o qué tan pobre seamos materialmente hablando; siempre podemos compartir nuestro amor y hacer felices a quienes nos rodean. Y así fue como Juanito descubrió el verdadero significado de la Navidad.
Desde entonces, cada año, Juanito y los demás niños del pueblo celebraban la Navidad juntos, compartiendo lo poco que tenían y creando momentos inolvidables llenos de alegría y amor. Y así, el espíritu navideño se mantuvo vivo en aquel pequeño pueblo gracias a un niño llamado Juanito.
FIN.