Ana Cecilia y su día en el campo


Ana Cecilia era una niña curiosa y muy cariñosa que vivía en una gran ciudad. Un día, sus padres decidieron llevarla a pasar un fin de semana en el campo, donde Ana Cecilia tendría su primera experiencia con animales.

Al llegar, Ana Cecilia se maravilló al ver vacas, caballos, ovejas y muchos otros animales. "¡Mamá, papá, miren todas esas vacas! Son tan grandes y pacíficas", exclamó Ana Cecilia emocionada. Sus padres sonrieron al verla tan contenta.

"Vamos a darles de comer", dijo su papá. Ana Cecilia se acercó a las vacas con un poco de temor al principio, pero luego les ofreció la comida y las vacas, con sus largas lenguas, comenzaron a lamer su mano.

Ana Cecilia soltó una carcajada y se dio cuenta de que las vacas eran animales muy dulces. Luego, fue a conocer a los caballos y aprendió a cepillar sus crines. Después, descubrió a las ovejas y las ayudó a pastar.

Fue un día mágico para ella. Al regresar a la ciudad, Ana Cecilia no dejaba de hablar sobre su día en el campo y prometió que volverían para aprender más sobre los animales y la naturaleza.

Desde ese día, Ana Cecilia siempre tuvo un vínculo especial con los animales y nunca perdió su interés por conocer y cuidar de ellos.

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