Ana, la jirafa que aprendió a crecer alto



En el zoológico de la ciudad, vivía una jirafa llamada Ana. Desde muy pequeña, Ana era diferente a sus hermanos, era un poco más chiquita y le encantaba jugar con los niños que venían a visitarla. Un día, los niños le empezaron a dar dulces a Ana, y poco a poco se empezó a alejar de su dieta de verduras y la leche de su madre. Ana no quería comer lo que era mejor para ella, y eso la estaba poniendo triste y débil. Sus hermanos se burlaban de ella porque no alcanzaba el árbol más rico y más sabroso del zoológico, y eso la entristecía aún más.

Un día, Ana conoció a una ardilla llamada Mateo. Mateo la vio triste y le preguntó qué le sucedía. Ana le contó a Mateo sobre cómo se sentía y cómo sus hermanos se burlaban de ella. Mateo, con una sonrisa, le dijo: "No te preocupes, Ana, yo te ayudaré a crecer alto y fuerte". Desde ese día, Mateo se convirtió en el amigo y entrenador de Ana. Él le enseñó a buscar los vegetales más sabrosos y le recordó lo importante que era comer sano para poder crecer. Juntos, Mateo y Ana jugaban, saltaban y se divertían mientras buscaban los vegetales más frescos.

Poco a poco, Ana comenzó a comer más verduras y a sentirse mejor. Sus hermanos, al verla crecer y tomar mejores decisiones, dejaron de burlarse de ella y empezaron a animarla. Ana se convirtió en la jirafa más fuerte y alta del zoológico, y todo gracias a su determinación y a la ayuda de su amigo Mateo. Ahora, Ana disfruta de su deliciosa dieta de vegetales y de la leche de su madre, y cada vez que los niños la visitan, les enseña la importancia de cuidar su cuerpo y comer sano para crecer fuertes y alcanzar sus sueños.

FIN.

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