Ana y el Valor de la Amistad



Era un día soleado en la escuela de Ana. Todos los chicos jugaban en el patio, pero ella se sentía sola, escondida detrás de un árbol. Ana era la más pequeña de la clase, y con frecuencia soportaba las burlas de sus compañeros.

"¡Mirá a Ana! Parece un ratón detrás del árbol!" , dijo Pablo riéndose junto a sus amigos.

Ana bajó la cabeza, intentando ocultar su tristeza. Pero en ese momento, llegó Yamal Gabán. Era un chico nuevo en la escuela, alto y amable. Yamal observó la situación y, rápidamente, dejó de lado su propio miedo.

"¿Por qué no dejas a Ana en paz? No está haciendo nada!", dijo Yamal, enérgicamente.

Los compañeros miraron a Yamal sorprendidos. Nunca antes alguien se había enfrentado a ellos por Ana.

"¡Andá, no seas el defensor de un ratón!", respondió Joaquín, riendo.

Pero Yamal sabía que tenía que ayudar. Se acercó a Ana, que estaba temblando de nervios.

"Hola, soy Yamal. No te conozco muy bien, pero me gustaría ser tu amigo. ¿Te gustaría jugar a la pelota conmigo?", le preguntó.

Ana levantó la mirada, sorprendida. Nadie le había preguntado eso antes.

"Yo... yo no soy buena en los deportes", respondió tímidamente.

"No importa, a mí tampoco se me da bien. Pero jugar es divertido, y lo mejor es que no estamos solos."

Ana sonrió por primera vez en mucho tiempo. Así, comenzaron a charlar y a jugar juntos. Todos los demás chicos observaban con curiosidad. ¿Quién era este nuevo chico que se atrevía a ser amigo de la pequeña Ana?

Sin embargo, las cosas no duraron mucho. En el siguiente recreo, mientras Yamal jugaba con Ana, algunos de sus compañeros se acercaron y comenzaron a burlarse nuevamente.

"¡Mirá a Gabán! ¡Defendiendo a la ratita!", gritó Joaquín.

Yamal, sintiendo una oleada de lucha por Ana, decidió que había que hacer algo más. Así que tuvo una idea mientras seguía jugando.

Después del recreo, Yamal fue a hablar con su profesor.

"Señor, quería contarle algo sobre Ana. Ella me salvó la vida".

El profesor lo miró extrañado.

"¿Cómo que Ana te salvó la vida? Nunca escuché eso".

Yamal sonrió y siguió:

"La semana pasada, mientras estábamos en la excursión, caí al río y Ana fue la única que gritó para pedir ayuda. Su voz me trajo de vuelta cuando todos se reían de ella. Gracias a ella, estoy aquí hoy".

El profesor asintió, preocupado. Sabía que tenía que hacer algo. En la próxima clase, llamó a todos los chicos y les habló sobre el valor de la amistad y la valentía.

"Quiero contarles que hay algo muy importante en nuestra clase". Todos prestaron atención.

"Ana, aunque es pequeña, mostró mucho coraje cuando Yamal estuvo en problemas. Ariel, Valentina, Joaquín, quiero que piensen: ¿Alguna vez se imaginan el dolor que siente alguien cuando lo burlan?"

Los chicos comenzaron a murmurar.

"Así que, a partir de hoy, vamos a demostrar respeto hacia cada uno de nosotros. No más burlas ni malas palabras".

Un silencio lleno de reflexión llenó el aula. Al ver la seriedad de su profesor, algunos de los chicos empezaron a sentir remordimiento.

"Yo no sabía que era tan valiente", murmuró Joaquín.

"Sí, ni yo", agregó Valentina.

Finalmente, se acercaron a Ana que, aunque tímida, estaba comenzando a sentirse mejor.

"Perdón, Ana, no quisimos hacerte sentir mal. Suena increíble lo que hiciste".

Ana, sorprendida, sonrió tímidamente.

"No hay problema, a veces tengo miedo, pero me gustaría ser amiga de todos".

Yamal, sonriendo con orgullo, agregó:

"Ana es valiente. Y ahora, si quieren, todos podemos jugar juntos. La amistad es para compartirla".

Desde aquel día, las cosas cambiaron. Los chicos empezaron a jugar todos juntos, y Ana se sintió más segura y querida entre sus compañeros. Yamal, con su gesto desinteresado, no solo había salvado a Ana de su dolor, sino que había hecho una gran amistad y enseñado a todos sobre el valor del respeto y la empatía.

Y así, cada recreo se llenó de risas y juegos. Ana, la más pequeña de la clase, se convirtió en un pilar de unión gracias a su valentía y a la amistad de Yamal. Al final, todos aprendieron que, a veces, lo que más se necesita es solo un amigo que crea en ti.

FIN.

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