Ana y su muñeca

Ana era una niña que adoraba jugar con su muñeca favorita, Lola. Juntas vivían aventuras increíbles en su habitación, donde construían castillos de algodón y navegaban por mares de mantas.

Un día, Ana decidió llevar a Lola a un paseo por el parque. Mientras jugaban en el césped, Ana notó que un grupo de niños se burlaba de ella por llevar su muñeca.

Aunque se sintió triste, Ana decidió no hacer caso a los otros niños y siguió disfrutando con Lola. De repente, un niño llamado Martín se acercó curioso y preguntó si podía unirse al juego.

Ana y Martín se divirtieron muchísimo jugando juntos, y al despedirse, Martín le dijo a Ana que no importaba lo que dijeran los demás, y que siempre era genial tener a alguien con quien jugar. Ana sonrió, agradecida de haber conocido a Martín.

A partir de ese día, Ana aprendió a ignorar las críticas y a disfrutar de la diversión con su muñeca y con sus nuevos amigos. Jugar con Lola le permitió compartir momentos mágicos y hacer amistades inesperadas.