Anahi descubre el valor de la amistad



Anahi era una niña curiosa y alegre que adoraba pasar sus tardes en el parque. Un día, mientras jugaba en el arenero, vio a un grupo de niños riéndose y divirtiéndose juntos. Anahi se acercó con curiosidad, pero al intentar unirse, los niños la ignoraron y continuaron jugando. Anahi se sintió triste y sola, pero decidió no darse por vencida.

Mientras exploraba el parque, Anahi divisó a un niño sentado en un banco. Se acercó con cautela y le preguntó si quería jugar. El niño, llamado Mateo, sonrió y aceptó encantado. Pronto, Anahi y Mateo se convirtieron en grandes amigos, compartiendo risas, aventuras y sueños. Juntos, descubrieron el valor de la amistad y la importancia de ser amables con los demás.

Con el tiempo, Anahi y Mateo formaron un grupo en el que incluyeron a otros niños que también se sentían solos. Aprendieron que la verdadera amistad no se basa en la popularidad o en pertenecer a un grupo, sino en la sinceridad, el apoyo y el compañerismo. Anahi nunca volvió a sentirse sola en el parque, y siempre recordó que, a veces, las mejores amistades están por descubrirse.

Y así, cada tarde, el parque se llenó de risas y juegos, demostrando que la amistad puede florecer en los lugares más inesperados.

FIN.

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