Anahí y el misterio del bosque encantado




Anahí era una niña curiosa y valiente a la que le encantaba explorar. Un día, decidió adentrarse en un bosque cercano del que todos los lugareños hablaban con temor y asombro: el bosque encantado. La leyenda decía que en ese bosque habitaban criaturas mágicas y que quien lograra superar las pruebas que el bosque le pusiera, descubriría un gran tesoro. Sin dudarlo, Anahí se adentró en el espeso bosque.

Tras caminar un rato, se encontró con un hada que le advirtió sobre los peligros que acechaban en el bosque. Sin embargo, Anahí decidió seguir adelante. Pronto se enfrentó a un puente custodiado por un troll. -Hola, pequeña. Si quieres cruzar, deberás responder mi acertijo. ¿Qué es pequeño como un ratón, pero puede detener un elefante? -dijo el troll. Anahí pensó un momento y luego respondió: -¡Es el tiempo! El troll, sorprendido, la dejó pasar.

Más adelante, se encontró con un lago lleno de lirios. Un hada le advirtió que solo podría cruzar si encontraba la flor de loto dorada escondida entre los lirios blancos. Anahí se sumergió en la búsqueda y, con paciencia, halló la flor dorada y pudo cruzar.

Finalmente, llegó al claro central del bosque, donde se encontró con el guardián, un imponente árbol milenario. El árbol le habló en voz suave y le dijo: -Has demostrado valentía, ingenio y paciencia, tres cualidades necesarias para encontrarte a ti misma y descubrir el tesoro que llevas dentro. Anahí entendió que el mayor tesoro que podía hallar era su propia confianza y sabiduría. Al regresar a su pueblo, llevó consigo el mensaje de que no hay tesoro más valioso que el que cada persona lleva en su corazón.

Anahí se convirtió en un ejemplo para los demás niños, quienes aprendieron que, con valentía y determinación, pueden enfrentar cualquier desafío y descubrir su propio tesoro interior en su camino por la vida.

FIN.

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