Anáhi y el ogro valiente


Anáhi era una niña muy dulce y amable. Vivía en una pequeña cabaña en el bosque con sus padres y su gato, Simón.

Todos los días, Anáhi salía a jugar con los animales del bosque y les daba comida. Un día, mientras jugaba cerca de la cabaña, Anáhi vio algo que la asustó mucho. Era un ogro malvado que se acercaba lentamente hacia ella. Anáhi quería correr pero sus piernas no le respondían.

- ¡Hola, pequeña! - dijo el ogro con una sonrisa macabra -. ¿Qué haces aquí sola? Anáhi tembló de miedo pero decidió ser valiente y responderle:- Estoy jugando con mis amigos del bosque.

¿Y tú quién eres? - Soy el ogro más fuerte y poderoso de todo el bosque -respondió él-. Y estoy buscando alguien para comer. Anáhi sintió un nudo en la garganta al escuchar esto pero no quería mostrar su miedo ante el ogro.

- No hay nadie aquí para que puedas comerte -dijo ella-. Además, los animales del bosque son mis amigos y yo no te permitiré hacerles daño. El ogro soltó una carcajada cruel antes de decir:- Entonces te comeré a ti.

Anáhi cerró los ojos esperando lo peor cuando de repente escuchó un fuerte rugido detrás del ogro. Al abrirlos nuevamente vio a un enorme oso parado frente al ogro dispuesto a protegerla. - ¡No te atrevas a tocarla! -gruñó el oso.

El ogro, asustado por la presencia del oso, decidió huir del lugar. Anáhi se sintió agradecida con su amigo el oso y le prometió que siempre lo ayudaría si necesitaba algo.

Desde ese día en adelante, Anáhi aprendió que no debía tener miedo de los problemas sino enfrentarlos con valentía y sabiduría. Además, entendió la importancia de tener amigos verdaderos que te apoyen en momentos difíciles.

Y así, ella siguió jugando y cuidando a sus amigos animales del bosque con más fuerzas aún.

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