Anahi y la persecución del ogro
Anahi vivía en un pequeño pueblo rodeado de hermosos bosques y praderas. Ella era una niña muy curiosa, siempre estaba explorando el bosque y descubriendo cosas nuevas. Le encantaba jugar con los animales del bosque y cuidarlos.
Un día, mientras Anahi caminaba por el bosque, se encontró con un ogro alborotado. El ogro era enorme, tenía dientes afilados y sus ojos eran rojos como la lava ardiente.
El ogro comenzó a gruñirle a Anahi y ella se asustó mucho. - ¡No te acerques! - gritó Anahi tratando de alejarse. Pero el ogro no le hizo caso y siguió avanzando hacia ella. Anahi corrió tan rápido como pudo pero el ogro era más rápido que ella.
De repente, tropezó con una raíz de árbol y cayó al suelo. El ogro se acercó a ella lentamente, preparándose para atacarla.
Pero entonces algo inesperado sucedió: uno de los animales del bosque apareció detrás del ogro y comenzó a hacer ruidos extraños para distraerlo. El plan funcionó perfectamente: el ogro giró la cabeza para ver qué estaba pasando detrás suyo mientras tanto, otro animal salió corriendo hacia donde estaban las personas del pueblo pidiendo ayuda.
Pronto llegaron varios hombres armados con palos que ahuyentaron al ogro. Anahi fue rescatada sana e ilesa gracias a la valentía de los animales del bosque y la rápida acción de los habitantes del pueblo.
Después de ese incidente, Anahi aprendió una gran lección: que no siempre se puede confiar en las apariencias y que a veces hay que pedir ayuda cuando uno está en peligro.
También aprendió a valorar aún más la amistad de los animales del bosque y a cuidarlos con mucho amor y respeto.
Desde entonces, Anahi nunca volvió a tener miedo de explorar el bosque pero siempre estuvo atenta a cualquier señal de peligro, sabiendo que podía contar con sus amigos animales y con su comunidad para protegerla.
FIN.