Anarella y su amigo fiel
En el colorido pueblo de Arcoiris, vivía Anarella, una niña alegre y llena de energía. Anarella adoraba el brillo y el resplandor, siempre llevaba consigo un brilloso collar y sus zapatos relucientes.
Su comida favorita era el pollo dorado y crujiente que preparaba su abuelita. Pero lo que más amaba Anarella eran los perros. En especial, anhelaba tener su propio perro. Un día, mientras paseaba por el parque, escuchó un pequeño ladrido.
Corrió hacia el sonido y se encontró con un tierno cachorro abandonado. Sin dudarlo, lo llevó a su casa escondiéndolo en su mochila. - ¿Qué es lo que traes en esa mochila, Anarella? - preguntó su mamá curiosa. - ¡No es nada, mamá! - respondió Anarella, nerviosa.
Al llegar a su habitación, Anarella le construyó un pequeño refugio al cachorro en su armario y le dio de comer un poco de pollo. Cada día, Anarella visitaba al cachorro y lo cuidaba en secreto.
Un amistad especial surgió entre ellos, llenándola de alegría. Pero un día, su mamá descubrió al cachorro. - Anarella, ¿qué es esto? - preguntó su mamá sorprendida. - Es un perrito, mamá. Lo encontré abandonado y decidí cuidarlo en secreto.
- ¡Oh, Anarella! Deberías haberme contado. Pero ya que está aquí, será parte de nuestra familia. Anarella y su amigo fiel, bautizado como Brillo, exploraban juntos el pueblo de Arcoiris. Brillo se había convertido en su fiel compañero, acompañándola a todos lados.
Anarella aprendió importantísimas lecciones de responsabilidad, valentía y amor incondicional gracias a su amigo animal. Los habitantes del pueblo se maravillaban al ver a Anarella y Brillo brillar con su amistad y cariño.
FIN.