Andrea y sus manos sucias


Andrea era una niña muy curiosa a la que le encantaba explorar y jugar al aire libre. Un día, mientras jugaba en el jardín, se ensució las manos con tierra y barro.

Su mamá le dijo que no podía entrar a la casa así. Andrea intentó limpiarse las manos, pero estaba tan sucia que nada parecía funcionar. Entonces, decidió emprender un viaje hacia la fuente mágica que, según la leyenda del pueblo, podía limpiar cualquier cosa.

En su camino, Andrea se encontró con varios desafíos, como cruzar un río y enfrentarse a un bosque oscuro. Con ingenio y valentía, logró superarlos y finalmente llegó a la fuente mágica.

Al sumergir sus manos en el agua cristalina, vio cómo la suciedad desaparecía. Llena de alegría, regresó a su casa, donde su mamá la recibió con una gran sonrisa. Desde ese día, Andrea entendió que la perseverancia y la valentía la ayudarían a superar cualquier obstáculo.

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