Andrés el hamster aventurero



Andrés era un hamster muy curioso y aventurero. Vivía en una jaula grande con muchos juguetes y comida, pero siempre se preguntaba qué había más allá de sus paredes.

Una noche, mientras su dueño dormía, Andrés encontró una pequeña abertura en la jaula y decidió escapar. - ¡Voy a explorar el mundo! -dijo Andrés emocionado mientras corría por el piso de la habitación. Pero pronto se dio cuenta de que estar afuera no era tan fácil como pensaba.

Todo era mucho más grande de lo que él había imaginado, y estaba rodeado de peligros como gatos hambrientos y aspiradoras ruidosas. - ¿Cómo voy a sobrevivir aquí afuera? -se preguntó asustado-. Extraño mi cómoda jaula.

Mientras tanto, su dueño se despertó y notó que faltaba Andrés. Buscó por toda la casa sin éxito hasta que escuchó un pequeño ruido proveniente del armario. Cuando lo abrió, encontró a Andrés temblando detrás de unas cajas.

- ¡Andrés! ¿Qué estás haciendo aquí? - Lo siento mucho... quería ver el mundo... pero me di cuenta de que es muy peligroso para mí -respondió tristemente el hamster. Su dueño lo acogió en sus manos calientes para reconfortarlo:- Te entiendo perfectamente.

Todos queremos salir al mundo exterior alguna vez, pero debemos ser cuidadosos. Por eso te construí una jaula segura donde puedes jugar y explorar todo lo que quieras sin correr riesgos innecesarios.

Andrés se sintió aliviado y agradecido por la comprensión de su dueño. Aprendió que, aunque el mundo fuera emocionante, siempre es importante ser responsable y cuidar de uno mismo.

- Gracias por recordarme lo importante que es la seguridad -dijo Andrés mientras se acurrucaba en su cama cómoda-. Nunca voy a olvidarlo.

FIN.

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