Andrés, el soñador de las excavadoras


que su hijo se lastimara con una pala tan grande. Un día, mientras Andrés jugaba con sus coches en el jardín, vio a unos trabajadores de la construcción que estaban cavando un agujero enorme.

Se acercó corriendo y quedó fascinado al ver cómo manejaban las palas para mover grandes cantidades de tierra. "-¡Mamá! ¡Mira lo que hacen esos hombres con las palas! ¡Es increíble!", exclamó Andrés emocionado.

Su mamá se acercó preocupada y le dijo: "-Andrés, es peligroso jugar con palas tan grandes. Podrías lastimarte". Pero Andrés no podía dejar de pensar en su sueño de ser palista. Esa noche, antes de dormir, cerró los ojos y se imaginó conduciendo una pala gigante.

Soñaba con hacer agujeros enormes y ayudar a construir cosas maravillosas. Al día siguiente, Andrés decidió hablarle a su mamá sobre su sueño.

"-Mamá, entiendo que te preocupe mi seguridad, pero ser palista es lo que realmente quiero hacer cuando sea grande", le dijo decidido. Su mamá reflexionó por un momento y luego sonrió. "-Andrés, siempre he querido que seas feliz y sigas tus sueños. Si eso es lo que realmente quieres hacer, entonces te apoyaré".

Andrés saltó de alegría y abrazó a su mamá fuertemente. A partir de ese momento, él sabía que tenía todo el apoyo necesario para perseguir su sueño. Con el tiempo, Andrés comenzó a investigar más sobre cómo convertirse en palista.

Descubrió que había escuelas especializadas donde podría aprender a manejar maquinaria pesada de forma segura. Con mucho esfuerzo y dedicación, Andrés logró ingresar a una de estas escuelas.

Pasó horas y horas practicando con pequeñas palas de juguete, hasta que finalmente llegó el día en que pudo conducir una pala real. Andrés se sentía emocionado y orgulloso mientras manejaba la pala. A medida que crecía, también crecían sus habilidades como palista.

Participó en numerosos proyectos de construcción, desde edificios altísimos hasta carreteras impresionantes. Pero lo más importante para Andrés era saber que estaba siguiendo su pasión y haciendo lo que amaba. Cada vez que conducía una pala, se sentía lleno de alegría y satisfacción.

Un día, cuando ya era un experimentado palista, Andrés recibió una llamada especial. Era su mamá diciéndole que iba a visitar el lugar donde él estaba trabajando.

Cuando su mamá llegó al sitio de construcción, no podía ocultar su asombro al ver a Andrés manejando la enorme pala con destreza. "-¡Andrés! ¡Estoy tan orgullosa de ti!", exclamó emocionada. Andrés sonrió ampliamente y le dijo: "-Gracias mamá por apoyarme siempre en mi sueño. No podría estar más feliz".

Desde ese día, Andrés continuó siendo un exitoso palista y cumpliendo sus sueños. Siempre recordaba cómo su mamá superó sus miedos para ayudarlo a perseguir lo que realmente amaba.

La historia de Andrés nos enseña la importancia de seguir nuestros sueños y tener el apoyo de quienes nos rodean. A veces, debemos enfrentar obstáculos y superar miedos, pero si perseveramos, podemos lograr cualquier cosa que deseemos. ¡Nunca dejemos de soñar!

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