Andriana y el Bosque de los Animales Valientes



En un tiempo lejano, en un país rodeado de bosques y montañas, vivía una valiente soldada llamada Andriana. Era conocida por su gran coraje y su corazón inmenso. Un día, mientras patrullaba las fronteras del bosque, recibió un mensaje urgente: había un pueblo en peligro debido a un extraño fenómeno. Se decía que los animales del bosque se estaban volviendo locos y atacaban a la gente.

"No podemos dejar que los animales lastimen a nadie", pensó Andriana, amarrándose bien la mochila y armándose con su escudo de protección. Antes de ir a salvar el pueblo, decidió hacer una parada en la casa del viejo sabio Nicanor, un hombre que siempre sabía qué hacer en las situaciones difíciles.

"Nicanor, tengo miedo de que los animales no puedan controlarse. ¿Qué debo hacer?"

"Andriana, los animales están asustados. Mira bien a su alrededor y verás lo que realmente pasa. A veces, lo que parece peligroso puede ser solo un grito de ayuda."

Con esas palabras en mente, Andriana se adentró en el bosque. Los aullidos y rugidos resonaban en el aire, pero en lugar de huir, se acercó con cautela. A medida que avanzaba, observó que los animales actuaban de manera extraña. Los ciervos saltaban nerviosos, los pájaros volaban en círculos y los zorros ladraban con tristeza.

"¿Qué les sucede?" se preguntó Andriana.

Entonces, escuchó un pequeño llanto, proveniente de un arbusto. Se acercó y encontró a un pequeño zorro atrapado en una trampa.

"¡Oh, pobrecito!" exclamó Andriana, de inmediato sabiendo que debía ayudar. Con delicadeza, liberó al zorrito y este la miró con gratitud.

Pero en ese momento, un grupo de lobos se acercó, mostrando los dientes.

"¡No! ¡No estoy aquí para hacerles daño!" gritó Andriana.

Sin embargo, los lobos continuaban acercándose, y Andriana se sintió acorralada. Pensó rápido y sacó una galletita de su mochila.

"Si están hambrientos, quizás esto les ayude a calmarse", dijo mientras les ofrecía la galleta. Los lobos miraron la galletita, intrigados. Un par de ellos se acercaron, tomaron la galleta y empezaron a comerla.

"¡Vengan, amigos! No les haré daño. Solo quiero ayudar a su amigo zorro", dijo Andriana, señalando al pequeño zorro que ahora corría feliz a su lado. Los lobos, sorprendidos, comenzaron a calmarse.

Con el tiempo, Andriana reunió a los animales del bosque.

"Sabemos que están asustados y confundidos, pero juntos podemos resolver este problema. ¡Formemos un equipo!"

Los animales, que al principio estaban descontrolados, empezaron a unirse. Andriana les enseñó a comunicarse y a trabajar en equipo. Mientras tanto, descubrieron que había trampas puestas por cazadores en todo el bosque.

"¡Debemos limpiar el bosque!" sugirió un ciervo líder.

"Así es, debemos trabajar juntos para asegurarnos de que todos estén a salvo", afirmó Andriana. Juntos, crearon un plan para desactivar todas las trampas y proteger a todos los animales.

Después de muchas aventuras y risas, lograron liberar a varios animales atrapados y enseñaron a los cazadores que ahí no había lugar para el daño. Finalmente, el pueblo, al ver la valentía de Andriana y los animales, decidió colaborar y cuidar del bosque en lugar de dañarlo.

"Gracias, Andriana, por ayudarnos a ser amigos y aprender a ser valientes", dijeron los animales. Andriana sonrió, conmovida.

"Siempre hay un camino hacia la paz, solo hace falta un poco de valentía y amor".

Desde ese día, el pueblo y el bosque vivieron en armonía, cuidándose mutuamente. Andriana se convirtió en una leyenda, no solo por ser una gran soldada, sino por enseñar que la verdadera valentía no solo se mide en fuerza, sino también en bondad y compasión.

FIN.

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