Angel Eyes
Había una vez un niño llamado Mateo que vivía en un pequeño pueblo. Mateo era un niño muy especial, siempre estaba sonriendo y ayudando a los demás.
Pero lo más sorprendente de todo era que podía ver tanto a ángeles como a demonios. Un día, mientras Mateo jugaba en el parque, vio cómo un ángel y un demonio discutían acaloradamente cerca de él.
El ángel tenía alas blancas brillantes y una sonrisa amable en su rostro, mientras que el demonio tenía cuernos afilados y una mirada maliciosa. -¡Este niño es mío! -gritó el demonio-.
¡Lo haré caer en la tentación y lo convertiré en alguien malvado! El ángel se cruzó de brazos y respondió con determinación:-No permitiré que eso suceda. Protegeré a Mateo con todas mis fuerzas para asegurarme de que crezca feliz y haga el bien. La pelea entre ellos continuó durante días, pero ninguno parecía ganar terreno sobre el otro.
Finalmente, decidieron hacer algo inusual: trabajar juntos por el bien del niño. El ángel propuso enseñarle a Mateo sobre los valores positivos como la bondad, la generosidad y la compasión.
Mientras tanto, el demonio le enseñaría sobre las consecuencias negativas de sus acciones si elegía hacer cosas malas. Mateo aceptó encantado esta extraña alianza e iniciaron su trabajo conjunto.
El ángel le mostraba cómo ayudar a los demás sin esperar nada a cambio, mientras que el demonio le mostraba cómo sus acciones egoístas podían lastimar a los demás. Poco a poco, Mateo comenzó a comprender la importancia de hacer el bien y cómo eso podía impactar positivamente en su comunidad.
Ayudaba a los ancianos a cruzar la calle, recogía basura del parque y compartía su merienda con sus amigos. Sin embargo, el demonio no se rendía fácilmente. Intentaba tentarlo constantemente para que hiciera cosas malas como mentir o robar.
Pero cada vez que lo hacía, el ángel aparecía recordándole las enseñanzas que había aprendido. Un día, Mateo se encontró con un niño nuevo en la escuela llamado Lucas. Lucas era muy tímido y tenía dificultades para hacer amigos.
El demonio vio esto como una oportunidad perfecta para corromper a Mateo y hacerlo sentir superior al acosar al chico nuevo. Pero antes de que pudiera actuar, Mateo recordó las palabras del ángel sobre ser amable con los demás sin importar quiénes fueran.
Decidió acercarse a Lucas y ofrecerle su amistad. Con el tiempo, Lucas se volvió más confiado gracias al apoyo de Mateo. Juntos formaron un equipo inseparable y trabajaron juntos para ayudar a otros niños en situaciones similares.
El ángel y el demonio observaban asombrados cómo estos dos pequeños lograban superar todas las pruebas que les presentaban. Aprendieron que trabajar juntos por un objetivo común puede cambiar vidas y transformar incluso al más oscuro de los corazones.
Así fue como Mateo demostró que, con determinación y la ayuda de buenos amigos, se puede vencer cualquier tentación. El ángel y el demonio aprendieron una valiosa lección: no importa cuán diferentes sean, todos tenemos la capacidad de cambiar y hacer el bien.
Y así, Mateo creció convirtiéndose en un hombre amable y generoso que siempre recordaba las enseñanzas del ángel y del demonio. Su historia inspiró a otros a superar sus propios desafíos y a trabajar juntos para construir un mundo mejor.
Y colorín colorado, este cuento ha terminado.
FIN.