Ángel y el Poder de la Amistad



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Feliz, un niño llamado Ángel que tenía 2 años. Ángel era un niño muy curioso y travieso, siempre estaba buscando aventuras y aprendiendo cosas nuevas.

Un día soleado, Ángel decidió explorar el bosque encantado que se encontraba al otro lado del río. Con su mochila llena de snacks y su peluche favorito en brazos, se adentró en el bosque sin dudarlo.

Mientras caminaba entre los árboles altos y frondosos, escuchó un ruido extraño que venía de detrás de unos arbustos. Intrigado, Ángel se acercó sigilosamente y descubrió a un mapache juguetón que estaba atrapado en una red. El pobre animalito intentaba liberarse sin éxito.

Sin pensarlo dos veces, Ángel decidió ayudarlo. "Hola amiguito mapache, no te preocupes, ¡voy a sacarte de ahí!" -dijo Ángel con determinación. Con la ayuda de unas ramas y mucha paciencia, Ángel logró liberar al mapache.

El pequeño animalito le dio las gracias con un gesto cariñoso antes de desaparecer entre los árboles.

Feliz por haber ayudado a su nuevo amigo, Ángel continuó su camino por el bosque hasta llegar a un claro donde vio a una familia de ciervos bebiendo agua en el arroyo. Se acercó despacito para no asustarlos y los observó maravillado mientras tomaban agua fresca. De repente, escucharon un ruido fuerte proveniente del otro lado del arroyo.

Era un oso grande y hambriento que se acercaba rápidamente hacia los ciervos asustados. Sin pensarlo dos veces, Ángel recordó lo valiente que fue al ayudar al mapache y decidió actuar nuevamente. "¡No te preocupes ciervitos! ¡Voy a protegerlos!" -exclamó Ángel con determinación.

Ángel agarró una rama grande del suelo y comenzó a golpearla contra un árbol creando mucho ruido para ahuyentar al oso. Sorprendido por la valentía del pequeño niño, el oso decidió retroceder lentamente hasta perderse entre los árboles.

Los ciervos miraron agradecidos a Ángel antes de desaparecer también en el bosque. Con una sonrisa enorme en su rostro, Ángel regresó a casa justo a tiempo para la cena con su familia.

Esa noche, todos escucharon emocionados las increíbles aventuras de Ángel en el bosque encantado. Sus padres estaban orgullosos de tener un hijo tan valiente y generoso como él.

Y así termina nuestra historia querido lector/a; recuerda siempre ser valiente como Ánge, l pero también generoso con quienes necesitan tu ayuda. Nunca subestimes tu poder para hacer la diferencia en el mundo.

FIN.

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