Ángel y el Valle de los Sueños
Érase una vez, en un pequeño pueblo rodeado de montañas, un niño llamado Ángel. Nació el 20 de diciembre, y desde ese día, iluminó la vida de todos con su sonrisa radiante y su infinita energía.
Ángel era un niño curioso. Siempre disfrutaba hablar con sus amigos y, sobre todo, inventarse historias que dejaban a todos boquiabiertos.
Una tarde, mientras jugaba en el parque con sus amigos, decidió contarles una de sus historias.
"- ¡Chicos! ¡Tengo una nueva aventura! En un lugar muy, muy lejano existe un Valle de los Sueños, donde todos los deseos de los niños se hacen realidad!"
Sus amigos, Ana, Lucas y Sofía, lo miraron con ojos brillantes, intrigados.
"- ¿Y cómo vamos a llegar ahí?" preguntó Sofía.
"- Eso es lo mejor, ¡solo hay que creer!" respondió Ángel, entusiasmado.
Sin dudarlo, los cuatro amigos comenzaron a buscar el Valle. Desde entonces, cada tarde se reunían en el parque para compartir su búsqueda mágica.
Un día, mientras jugaban, Lucas gritó:
"- ¡Mirad! ¡Esa nube es diferente! ¡Parece una brújula!"
Los niños miraron el cielo y vieron una nube que, efectivamente, parecía apuntar hacia el este. Ángel tomó la delantera: "- ¡Vamos! ¡Sigamos la nube!".
Caminaron, riendo y contando historias sobre los sueños que deseaban cumplir. Cuando llegaron a un claro del bosque, se encontraron con una puerta misteriosa adornada con brillos.
"- ¡Esto debe ser!" dijo Ana, emocionada. Cuando abrieron la puerta, se encontraron en un lugar lleno de colores y criaturas fantásticas.
"- ¡Bienvenidos al Valle de los Sueños!" les dijo un pequeño dragón azul. "- Soy Lúcido, y soy el guardián de estos sueños. Pero para entrar, deben responder a una pregunta muy importante."
"- ¿Cuál es?" preguntó Sofía, nerviosa.
"- ¿Qué es más poderoso: el miedo o la valentía?".
Los niños se miraron y Ángel habló primero.
"- Creo que la valentía es más poderosa. Aunque el miedo puede ser grande, la valentía nos ayuda a enfrentarlo y hacer realidad nuestros sueños."
Lúcido sonrió. "- ¡Correcto! La valentía siempre nos lleva a cumplir nuestros deseos más profundos. ¡Pueden explorar el valle!"
Los niños saltaron de alegría y comenzaron a explorar. Había ríos de caramelos, árboles que daban galletitas y un lago donde las estrellas caían a jugar. Pero mientras se divertían, un viento fuerte llegó, llevando consigo las galletitas y caramelos. Todos se preocuparon.
"- ¡No, nuestros sueños!" gritó Lucas.
"- No debemos rendirnos", dijo Ángel. "- Debemos ser valientes y buscar una manera de recuperarlos."
Así que, juntos, idearon un plan. Lúcido, que los observaba, les dijo:
"- Los sueños deben ser protegidos con valentía y trabajo en equipo. ¡Pueden hacerlo!"
Los niños formaron una cadena de manos y comenzaron a correr detrás de los caramelos voladores. Al hacerlo, un hermoso arcoíris apareció, guiándolos hacia un lugar donde el viento no llegó. Allí, encontraron las galletas y caramelos atrapados.
"- ¡Lo logramos!" exclamó Sofía, mientras traían de vuelta todo al bosque.
Lúcido estaba muy orgulloso de ellos y les dijo:
"- Han demostrado que la valentía y la amistad son más poderosas que cualquier miedo. Ahora, pueden llevarse un poco del magicor de este valle en sus corazones."
Los niños regresaron a su pueblo con una nueva historia que contar y el recuerdo de una lección invaluable.
"- La próxima vez que me cuentes una historia, le voy a dar más importancia a la valentía y a la amistad", dijo Lucas.
"- ¡Yo también!", agregó Sofía.
Y así, cada vez que se reunían, Ángel seguía contando historias, pero ahora, llenas de valentía y amistad. Nunca olvidaron su aventura en el Valle de los Sueños, y cada uno llevaba consigo una chispa de magia en sus corazones, lista para ser compartida.
Así, Ángel no solo era conocido por su sonrisa, sino también por inspirar a todos a perseguir sus propios sueños con valentía.
FIN.