Ángeles de la Esperanza



Había una vez, en un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza, donde todos los habitantes vivían felices y tranquilos.

Un día, mientras los niños jugaban en el parque, algo inesperado sucedió: del cielo comenzaron a caer pequeños meteoritos que brillaban intensamente. Los niños, asombrados por lo que veían, corrieron hacia los meteoritos para ver qué había dentro de ellos. Para su sorpresa, descubrieron que cada uno contenía un pequeño ángel.

Estos angelitos eran adorables y tenían alas blancas como la nieve. Uno de los niños se acercó al ángel más cercano y le preguntó: "¿Quiénes son ustedes?".

El ángel sonrió y respondió con una voz dulce: "Somos ángeles enviados desde el cielo para traer amor y alegría a este hermoso lugar". Los niños estaban emocionados por tener a estos seres mágicos en su pueblo. Decidieron llevarlos a sus casas para cuidarlos hasta que encontraran una manera de devolverlos al cielo.

Cada niño se hizo responsable de cuidar a un ángelito. Los alimentaron con las frutas más dulces y les dieron agua fresca para beber. Les construyeron pequeñas camitas acolchadas con pétalos de flores y les cantaron canciones antes de dormir.

Un día, mientras exploraban juntos el bosque cercano, uno de los ángeles notó que había muchos animales lastimados y tristes. Se acercó a ellos con ternura e irradiando luz sanadora desde sus manos curó todas sus heridas.

Los niños, al ver esto, se dieron cuenta de que los ángeles tenían poderes especiales y podían ayudar a todos en el pueblo. Decidieron organizar una feria para recaudar fondos y así construir un hospital donde los ángeles pudieran curar a todas las criaturas necesitadas.

La noticia de la feria se extendió rápidamente por todo el pueblo y las personas comenzaron a donar alimentos, juguetes y artículos hechos a mano para vender en la feria.

Los niños trabajaron arduamente decorando cada puesto con coloridos carteles y globos. El día de la feria llegó y había una gran multitud emocionada por participar. La gente compraba golosinas deliciosas, jugaba juegos divertidos y disfrutaba de las actuaciones musicales que los niños habían preparado.

Finalmente, cuando llegó el momento más esperado, los ángeles subieron al escenario. Con sus voces angelicales cantaron canciones llenas de amor y esperanza. Todos los presentes estaban conmovidos hasta las lágrimas.

Después del espectáculo, anunciaron la cantidad recaudada: ¡suficiente dinero para construir un hospital! Los aplausos resonaron en todo el lugar mientras los niños saltaban de alegría. El hospital fue construido en poco tiempo gracias al trabajo conjunto de todos en Villa Esperanza.

Los ángeles se convirtieron en médicos mágicos que curaban no solo a las criaturas del bosque sino también a todas las personas enfermas o heridas del pueblo. Con el paso del tiempo, Villa Esperanza se convirtió en un lugar lleno de amor, compasión y solidaridad.

Los ángeles, aunque extrañaban su hogar en el cielo, se sentían felices de haber caído como meteoritos en ese lugar tan especial.

Y así, gracias a la llegada de los ángeles y al esfuerzo de los niños y habitantes del pueblo, Villa Esperanza se convirtió en un ejemplo para el mundo entero de cómo la bondad y la colaboración pueden cambiar vidas y hacer que todos vivan felices para siempre. Fin.

FIN.

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