Animal de flor

En un hermoso jardín vivía Animalito, un simpático conejito que adoraba corretear entre las flores. Un día, mientras jugaba, se topó con una flor muy especial. Esta flor brillaba con colores brillantes y despedía un aroma embriagador.

Para su sorpresa, la flor comenzó a hablar: 'Hola, soy Flora, la flor mágica. Te he estado observando y creo que eres el indicado para ayudarme'. Intrigado, Animalito le preguntó cómo podía ayudarla.

Flora le explicó que necesitaba encontrar una manera de comunicarse con los demás animales del jardín, ya que quería que todos disfrutaran de su belleza y fragancia. Juntos, idearon un plan: Animalito se encargaría de ser el mensajero, transmitiendo las palabras de Flora a los demás animales.

Al principio, algunas criaturas dudaron de la veracidad de las palabras de Animalito, pero su persistencia y la evidente magia de Flora finalmente los convencieron.

Pronto, todos los habitantes del jardín se maravillaron con la flor mágica y, emocionados, se acercaban a ella para escuchar sus historias. Con el correr de los días, el jardín se convirtió en un lugar lleno de alegría y armonía. Los animales se volvieron más unidos y solidarios, y todos agradecían a Animalito por su labor como mensajero.

Pero un día, una tormenta fuerte azotó el jardín y Flora quedó gravemente dañada. Animalito, sintiéndose triste y desamparado, no sabía qué hacer. Pero entonces recordó las palabras de Flora: 'La verdadera belleza está en el interior'.

Decidido a ayudar a su amiga, buscó la manera de protegerla y cuidarla hasta que se recuperara. Con paciencia y dedicación, Animalito protegió a Flora de la lluvia y el viento, y con el tiempo, la flor mágica sanó.

El jardín volvió a brillar con colores y fragancias, y todos estaban agradecidos con Animalito por su valentía y amor.

Desde entonces, Flora y Animalito se convirtieron en los mejores amigos y continuaron difundiendo alegría y amor por todo el jardín, recordando siempre que la verdadera belleza está en el interior de cada ser.