Anita y el duende de los deseos


Había una vez en un lugar muy lejano, una niña llamada Anita.

Ella era una niña normal como cualquier otra, pero tenía algo que la hacía especial: ¡le encantaba la magia! Un día, mientras caminaba por el bosque cercano a su casa, encontró un pequeño duende atrapado en una trampa. Anita se acercó y lo liberó con mucho cuidado. - ¡Muchas gracias! -dijo el duende-. Como recompensa, te concederé tres deseos. Anita no podía creerlo.

Había leído sobre los deseos en sus libros de magia y nunca había pensado que podría tener la oportunidad de pedirlos. Después de pensar durante unos minutos, decidió su primer deseo:- Quiero tener poderes mágicos para hacer cosas increíbles.

El duende sonrió y dijo:- Tu deseo ha sido concedido. A partir de ahora tendrás poderes mágicos para hacer cosas increíbles. Anita estaba emocionada. No podía esperar a probar sus nuevos poderes mágicos.

De repente, se dio cuenta de que había perdido el segundo deseo y solo le quedaba uno más. Decidió ser más cuidadosa esta vez al elegir su próximo deseo.

Mientras caminaba hacia su casa pensando en qué pedir como último deseo, vio a unas brujas haciendo hechizos cerca del río. Se acercó sigilosamente para ver qué estaban haciendo y escuchó todo lo que decían. Las brujas hablaban sobre un plan malvado para apoderarse del reino mágico y gobernarlo ellas solas.

Anita sabía que tenía que hacer algo para detenerlas. - ¡Mi último deseo es tener la fuerza y el coraje para detener a las brujas malvadas! -gritó Anita al duende. El duende sonrió de nuevo y dijo:- Tu deseo ha sido concedido.

A partir de ahora tendrás la fuerza y el coraje para detener a las brujas malvadas. Anita estaba lista. Con sus nuevos poderes mágicos, se dirigió hacia donde estaban las brujas, listas para luchar contra ellas.

Al principio, las brujas no le tomaron en serio, pero cuando Anita comenzó a usar sus poderes mágicos contra ellas, se dieron cuenta de su error.

La batalla fue larga y difícil, pero gracias a los poderes mágicos de Anita y su valentía logró derrotar a las brujas malvadas y salvar el reino mágico. Desde ese día en adelante, Anita se convirtió en una heroína conocida en todo el reino por su coraje y habilidades mágicas.

Y aunque nunca volvió a ver al pequeño duende otra vez, siempre recordaría lo importante que era utilizar bien los deseos concedidos por la magia.

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