Anita y el secreto de la montaña mágica

En Hormigópolis, las hormigas vivían felices y trabajaban en equipo para mantener su ciudad impecable. Había una hormiga llamada Anita, quien siempre soñaba con explorar el mundo más allá de las montañas que rodeaban su hogar.

Un día, mientras recolectaba hojas con sus amigas, Anita vio a lo lejos un destello brillante proveniente de la cima de la montaña más alta.

Intrigada por lo desconocido, decidió emprender un viaje hacia lo alto, a pesar de las advertencias de sus compañeras sobre los peligros que podrían encontrarse fuera de Hormigópolis. Anita escaló la montaña con determinación y valentía. En su camino se topó con obstáculos como ríos caudalosos y rocas resbaladizas, pero no se rindió.

Finalmente, llegó a la cima y descubrió un bosque mágico lleno de colores y criaturas extraordinarias. - ¡Wow! ¡Qué hermoso es todo esto! - exclamó Anita maravillada. De repente, se escuchó una voz melodiosa que provenía de un árbol centenario.

Era el espíritu del bosque que le dijo a Anita:"Hormiga valiente, has demostrado coraje y determinación al llegar hasta aquí. Te concederé un deseo como recompensa".

Sin dudarlo ni un segundo, Anita pidió que todos los habitantes de Hormigopolis pudieran disfrutar de la belleza del mundo exterior. El espíritu sonrió y concedió su deseo con una varita mágica.

De regreso en Hormigopolis, Anita agitó la varita mágica y en un abrir y cerrar de ojos todas las hormigas sintieron una energía diferente recorrer sus cuerpos. Salieron corriendo emocionadas hacia las afueras de la ciudad y quedaron maravilladas al ver los paisajes coloridos que antes solo habían sido parte de cuentos fantásticos.

Desde ese día, todas las hormigas apreciaron aún más su hogar en Hormigopolis gracias a la valentía y curiosidad de Anita.

Aprendieron que explorar nuevos horizontes podía traerles conocimiento y alegría sin necesidad de abandonar lo que tanto querían: su ciudad entre las montañas donde juntas construían un futuro mejor para todos. Y así fue cómo Hormigopolis se convirtió en el lugar más próspero e inspirador del mundo insectil.