Anita y el trabajo en equipo



En un pequeño hormiguero en el jardín de una casa, vivía una colonia de hormiguitas muy trabajadoras y felices. Todos los días salían temprano en busca de comida y materiales para construir su hogar.

Había una hormiguita llamada Anita que siempre se destacaba por su entusiasmo y energía.

Un día, mientras exploraba un nuevo camino en busca de alimentos, Anita se encontró con un obstáculo inesperado: un gran charco de agua bloqueaba su camino hacia una jugosa hoja que había avistado. Las demás hormiguitas empezaron a preocuparse al ver que Anita no regresaba al hormiguero. "¡Anita, cuidado con el agua!", gritó nerviosa Marta, una amiga cercana. Pero Anita era valiente y decidida.

En lugar de rendirse, buscó a su alrededor y encontró una ramita larga y delgada. Con mucha astucia, la usó como puente para cruzar el charco sin mojarse.

Al llegar al otro lado, recogió la hoja y regresó triunfante con su botín. "¡Lo lograste, Anita! ¡Eres increíble!", exclamaron las otras hormiguitas sorprendidas por la valentía de su amiga. A partir de ese día, Anita se convirtió en la heroína del hormiguero.

Su determinación inspiró a las demás a enfrentar los desafíos con creatividad y valentía. Juntas descubrieron que trabajando en equipo podían superar cualquier obstáculo que se les presentara. Un tiempo después, una fuerte tormenta azotó el jardín y el agua amenazaba con inundar el hormiguero.

Sin embargo, gracias a la ingeniosa idea de Anita de construir canales subterráneos para desviar el agua lejos del hogar de las hormiguitas, lograron mantenerse a salvo.

"¡Gracias a todas por confiar en mí! Juntas somos imparables", dijo Anita emocionada al ver cómo habían salvado su hogar. Desde ese día, las Hormiguitas aprendieron que no importa cuán grande sea el desafío frente a ellas; si trabajan juntas con determinación y creatividad pueden superarlo todo.

Y así continuaron viviendo felices en su pequeño pero gran mundo bajo tierra.

FIN.

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