Anne y la casa de los venados



Anne vivía en un tranquilo bosque lleno de árboles y flores. Un día, mientras paseaba con su perrito Toto, se topó con una hermosa casa hecha de ramas y hojas.

", Toto, ¿viste esta casa? Es mágica!" - dijo Anne con emoción.

Entraron a la casa y encontraron a varios venados. Había uno pequeño, uno grande, y otros más. Anne comenzó a contar:

"Uno, dos, tres... ¡cinco venados!" - exclamó. Los venados saltaron felices.

"¡Hola, Anne!" - dijo el venado más grande. "¿Quieres jugar?"

Anne asintió y comenzó a jugar con los venados. Se divirtieron tanto que no se dieron cuenta de que el sol comenzaba a esconderse.

"¿Cuántos juegos podemos hacer antes de que oscurezca?" - preguntó Anne.

"Contemos cada juego!" - sugirió el venado pequeño. Y así jugaron a las escondidas, a saltar y a correr. Contaron uno, dos, tres juegos.

"¡Ya son tres juegos!" - dijo Anne.

De pronto, Anne recordó que su mamá la estaba buscando.

"Debo irme, venados. Pero prometan que volveré." - aseguró.

"¡Te esperamos!" - respondieron todos.

Anne se despidió y salió corriendo hacia su casa, pensando en lo divertido que había sido contar con los venados y jugar con ellos.

La moraleja de la historia es: "Contar es divertido y nos ayuda a recordar momentos especiales."

FIN.

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