Annita y la zarigueya defensoras del ambiente



Había una vez una niña llamada Annita, a quien le encantaba explorar y descubrir cosas nuevas. Un día, decidió aventurarse en la selva tropical que estaba cerca de su casa.

Mientras caminaba por la selva, se encontró con una pequeña zarigueya que parecía estar perdida. La zarigueya estaba asustada y temblaba de miedo. Annita se acercó lentamente y le habló en voz baja: "No tengas miedo, pequeña amiga. ¿Estás perdida?".

La zarigueya asintió con la cabeza y Annita decidió ayudarla a encontrar su camino de regreso a casa. Juntas comenzaron a explorar la selva y buscaron pistas para encontrar el camino correcto.

Mientras caminaban, Annita notó que algunas partes de la selva estaban muy contaminadas debido a los desechos humanos. Se sintió triste al ver cómo los seres humanos estaban dañando el medio ambiente. "Oh no", dijo Annita preocupada. "Esto es terrible. Tenemos que hacer algo para detener esto".

"¿Qué podemos hacer?", preguntó la zarigueya curiosa. Annita pensó durante un momento y luego tuvo una idea brillante: "Podemos comenzar recolectando toda esta basura y llevarla fuera de la selva".

Así fue como Annita y su amiga zarigueya empezaron a reagarrar todo lo que pudieron encontrar. Botellas vacías, latas oxidadas, bolsas plásticas... todo tipo de desperdicios fueron recogidos por las dos amigas. Después de varias horas trabajando juntas, finalmente lograron recolectar toda la basura que habían encontrado en la selva.

Annita y su amiga zarigueya se sintieron muy orgullosas de su trabajo. "¡Lo logramos!", dijo Annita emocionada. "Hemos hecho un gran trabajo hoy". "Sí, lo hicimos", respondió la zarigueya con una sonrisa en el rostro.

Annita y su amiga zarigueya continuaron explorando la selva juntas, pero ahora también trabajaban para mantenerla limpia. Se convirtieron en verdaderas defensoras del medio ambiente y siempre estaban buscando maneras de proteger a los animales y plantas de la selva.

Con el tiempo, más personas se unieron a ellas en su misión de proteger la naturaleza. La selva comenzó a recuperarse gracias al esfuerzo conjunto de todos los habitantes cercanos.

Annita aprendió que incluso las acciones pequeñas pueden marcar una gran diferencia. Y así, ella y su amiga zarigueya vivieron felices para siempre, sabiendo que habían ayudado a hacer del mundo un lugar mejor.

FIN.

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