Anqasmayu y el valor de ser diferente


En un pequeño pueblo de la cordillera andina vivía Anqasmayu, un niño muy especial. Tenía un nombre que significaba 'río azul' en quechua, y sus ojos brillaban con el mismo color del agua de los glaciares. Anqasmayu era diferente a los demás niños de su escuela, ya que había nacido con una mancha de nacimiento en forma de estrella en su mejilla izquierda.

Todos los días, al llegar al colegio, Anqasmayu se sentía inseguro y ansioso, ya que algunos compañeros se burlaban de su mancha. "¡Miren al marciano de la estrella en la cara!"- se reían algunos. Anqasmayu se sentía triste y solo, y no sabía cómo enfrentar la situación. Un día, la maestra Pilar notó la tristeza de Anqasmayu y decidió hablar con él.

"Anqasmayu, ¿qué te sucede? Pareces preocupado"-

"Es que los chicos se burlan de mí por mi mancha en la cara. Me siento muy mal"- respondió Anqasmayu entre sollozos.

"Tienes algo único y especial, no dejes que las palabras hirientes de otros te lastimen. Eres como una estrella brillante en el cielo, y tu mancha es parte de lo que te hace ser tú"- le dijo la maestra con cariño.

Animado por las palabras de la maestra Pilar, Anqasmayu decidió enfrentar la situación de manera diferente. Al día siguiente, en lugar de esconder su mancha, Anqasmayu se presentó en el colegio con una estrella pintada alrededor de su mancha. Sus compañeros se sorprendieron al verlo, y algunos comenzaron a reírse de nuevo. Sin embargo, Anqasmayu se mantuvo firme y les explicó lo que significaba su estrella.

"Esta es una estrella que me recuerda lo especial que soy, y que también ustedes son estrellas con cosas únicas que los hacen brillar"- les dijo con valentía.

Sus compañeros quedaron en silencio, reflexionando sobre las palabras de Anqasmayu. Al final del día, varios de ellos se acercaron para disculparse y para decirle a Anqasmayu que les gustaba su estrella. A partir de ese día, Anqasmayu se convirtió en un ejemplo de valentía y aceptación para todos en la escuela. La mancha en su rostro ya no era motivo de burla, sino un recordatorio del valor de ser uno mismo.

Anqasmayu aprendió que la verdadera fortaleza viene de aceptarse a uno mismo tal como es, y que la belleza está en la diversidad. Con el apoyo de la maestra Pilar y la valentía de enfrentar el bulliyng, Anqasmayu pudo transformar el dolor en una lección de amor propio y aceptación.

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