Antonella y la aventura de la semilla de sandía
Había una vez una niña llamada Antonella, a quien le encantaba jugar con la tierra y las plantas.
Un día, su abuelita le regaló una pequeña semilla de sandía y le dijo: '¡Antonella, vamos a sembrar esta semilla y juntas veremos cómo crece una hermosa planta de sandía!' emocionada, Antonella tomó la semilla y la sembró en una maceta con tierra. Todos los días, regaba con cuidado su semilla, esperando verla crecer.
Pasaron los días y Antonella observaba con ansias, hasta que un pequeño brote verde asomó. '¡Abuelita, mira, está creciendo!' exclamó Antonella emocionada.- '¡Qué alegría, mi niña! Ahora veremos cómo se convierte en una gran planta de sandía', respondió su abuelita.
Con el tiempo, la planta fue creciendo y floreciendo, y Antonella al verla tan hermosa, comprendió el maravilloso proceso de la naturaleza. Finalmente, la planta dio sus primeras sandías.
Antonella las cuidó con amor y paciencia, y cuando estuvieron listas para cosechar, las compartió con su familia, disfrutando del fruto de su esfuerzo y dedicación. Desde entonces, Antonella supo que la paciencia y el cuidado son fundamentales para ver crecer y florecer las cosas hermosas de la vida.
FIN.