Aprender a expresarse



Valentina era una niña muy inteligente y creativa, pero le costaba mucho expresar sus ideas y sentimientos. Siempre se sentía frustrada porque no podía comunicar lo que realmente quería.

Un día, su maestra le propuso participar en un concurso de cuentos para niños. Valentina se emocionó con la idea, pero al mismo tiempo sintió miedo de no poder escribir lo que quería contar.

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Valentina le contó a su mamá sobre el concurso y su mamá le dijo: 'No te preocupes, cariño. Puedes escribir lo que quieras. Solo deja que tus palabras fluyan como un río'. Con el ánimo renovado, Valentina se sentó frente a su computadora y comenzó a escribir.

Pero después de un rato, se quedó mirando la pantalla en blanco, sin poder plasmar sus pensamientos. -

Fue entonces cuando apareció en escena un personaje mágico: Mateo, el mago de las palabras. Mateo le dijo a Valentina: '¡Hola! Soy Mateo, el mago de las palabras.

Veo que estás teniendo dificultades para expresarte. Pero no te preocupes, puedo ayudarte a encontrar la manera de comunicar tus ideas'. Valentina se quedó asombrada, pero al mismo tiempo emocionada. Mateo le enseñó a Valentina técnicas para expresarse a través de metáforas, analogías y dibujos.

Juntos, crearon un mundo de palabras donde Valentina se sentía segura y libre para expresarse. -

Armada con las herramientas que le había dado Mateo, Valentina comenzó a escribir su cuento para el concurso.

Con cada palabra que plasmaba en el papel, se sentía más segura y feliz. Finalmente, el día del concurso llegó y Valentina leyó su cuento frente a un gran público. Todos quedaron impresionados por la creatividad y profundidad de sus palabras.

Valentina había aprendido a expresarse de una forma maravillosa. Desde ese día, se convirtió en la escritora favorita de su escuela y su ciudad.

Y cada vez que necesitaba inspiración, Mateo, el mago de las palabras, aparecía para recordarle lo poderosas que eran sus ideas y sentimientos. Valentina nunca más volvió a tener miedo de expresarse, porque descubrió que las palabras podían ser mágicas si las usaba con el corazón.

FIN.

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