Aprender y Compartir


Había una vez en la selva un grupo de animales muy curiosos y divertidos. Estaban cansados de vivir siempre en sus propias áreas, sin conocer a otros animales que vivían en diferentes lugares de la selva.

Así que decidieron organizar una gran fiesta para reunirse todos juntos y aprender unos de otros. El mono era el encargado de enviar las invitaciones a todos los animales.

Se subió a los árboles más altos y gritó con todas sus fuerzas:-¡Animales de la selva, los invito a una gran fiesta! Será una oportunidad perfecta para conocernos y aprender cosas nuevas. Los demás animales se emocionaron mucho al recibir las invitaciones y comenzaron a prepararse para la fiesta.

El elefante se lavó bien su enorme cuerpo, el tigre afiló sus garras y el loro ensayó su mejor canto. Finalmente, llegó el día de la fiesta. La selva estaba llena de colores, música y risas.

Los animales bailaban al ritmo del tambor del león, mientras compartían historias sobre sus vidas en distintas partes de la selva. -¡Yo vivo en lo más profundo del bosque! -dijo el oso-. Allí aprendemos a ser fuertes y valientes ante cualquier peligro.

-¡Y yo vengo del río! -exclamó el delfín-. Allí nadamos libres y nos ayudamos mutuamente cuando estamos en apuros. Mientras tanto, un pequeño ratón escuchaba atentamente todo lo que decían los demás animales.

Se sentía triste porque pensaba que no tenía nada interesante que contar. Cuando los demás animales se dieron cuenta de la tristeza del ratón, decidieron hacer algo especial por él.

El elefante, con su trompa gigante, le acercó una hoja y le dijo:-¡Ratón, cuéntanos algo sobre tu hogar! El ratón se sorprendió al ver que todos estaban interesados en escucharlo. Tomó la hoja y comenzó a contarles sobre su madriguera pequeña pero acogedora. -Yo vivo bajo el suelo -dijo el ratón-.

Aunque mi casa sea pequeñita, siempre está llena de amor y amistad. Nos cuidamos unos a otros y vivimos felices. Los demás animales sonrieron al escuchar las palabras del ratón.

Se dieron cuenta de que cada uno tenía algo importante para compartir y aprender. La fiesta continuó durante toda la noche con bailes divertidos y juegos emocionantes. Los animales se hicieron amigos inseparables y prometieron visitarse más seguido en sus respectivas áreas de la selva.

Al finalizar la fiesta, todos los animales se reunieron en un círculo para despedirse. El mono tomó la palabra:-Hoy hemos aprendido una gran lección: no importa dónde vivamos o cómo seamos, todos somos importantes y tenemos mucho para enseñarnos mutuamente.

Los animales asintieron emocionados mientras se abrazaban unos a otros. Habían descubierto que la diversidad es lo que hace a la selva tan hermosa e interesante.

Desde aquel día, los animales de la selva organizaron muchas más fiestas donde compartían sus experiencias y aprendían unos de otros. Y así, la selva se convirtió en un lugar lleno de amistad, respeto y diversidad. Moraleja: La diversidad nos enriquece y nos enseña cosas nuevas.

No importa quiénes somos o de dónde venimos, todos tenemos algo valioso para compartir.

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