Aprendiendo a controlar el enfado


Valentina era una niña de 5 años a la que le encantaba jugar y dibujar, pero tenía un problema. Se enojaba con facilidad y le costaba mucho controlar su enfado.

Cuando algo no salía como ella quería, se ponía roja como un tomate y empezaba a gritar y a patalear. Esto preocupaba a sus padres, quienes no sabían cómo ayudarla. Un día, Valentina decidió emprender un viaje muy especial.

-Valentina, cariño, ¿a dónde vas con esa mochila tan grande? -le preguntó su mamá. -Me voy a buscar el tesoro de la calma, mamá. Creo que en algún lugar del mundo debe existir y yo lo encontraré. -respondió Valentina con determinación.

Así, Valentina comenzó su viaje, enfrentando desafíos y conociendo personajes que la ayudarían a entender sus emociones. En su travesía, conoció a la tortuga Sabia, que le enseñó que la paciencia es fundamental para controlar el enojo.

También conoció al mono Risueño, quien le mostró lo divertido que es reírse de uno mismo en situaciones complicadas. Después, se encontró con el elefante Tranquilo, que le enseñó a respirar profundamente cuando se siente enojada. Valentina puso en práctica cada enseñanza en su viaje, y poco a poco fue controlando su enfado.

Finalmente, tras superar diferentes obstáculos, Valentina encontró el tesoro de la calma en su corazón. Regresó a casa con una gran sonrisa, lista para enfrentar cualquier desafío con tranquilidad y alegría.

Sus papás, orgullosos de su valiente hija, celebraron su regreso. Desde ese día, Valentina supo que era capaz de controlar su enfado y encontrar la paz en su interior.

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