Aprendiendo a Gestionar Nuestras Emociones



Zeus era un niño de 3 años muy cariñoso y pegajoso, le encantaba abrazar a todos a su alrededor. Sin embargo, cuando su hermano mayor Erik, de 6 años, se mostraba celoso y rabioso, Zeus se sentía triste y confundido. Un día, mamá les dijo a los dos hermanos: “Hoy vamos a aprender sobre las emociones y cómo manejarlas de forma positiva”. Los ojos de Zeus se iluminaron con emoción. Mamá comenzó a contarles una historia sobre un valiente león que aprendió a controlar su enojo y a expresar sus sentimientos de una manera positiva. Erik y Zeus escuchaban atentamente, y poco a poco comprendieron que todos podían sentir diferentes emociones.

Un día, mientras jugaban juntos, Zeus accidentalmente rompió el dibujo de Erik. Este se enojó mucho y gritó: “¡Zeus, siempre rompes todo! ”. Zeus se quedó mirándolo con tristeza, sin entender por qué su hermano se ponía tan furioso. Entonces, recordó la historia del león y decidió hablar con Erik. Con timidez, le dijo: - Erik, lo siento mucho, no fue mi intención romper tu dibujo. Erik empezó a tranquilizarse al ver la sinceridad en los ojos de Zeus y le respondió: - Está bien, Zeus. Gracias por decírmelo. Así, los dos hermanos aprendieron a expresar sus emociones y a perdonarse mutuamente.

Desde aquel día, cada vez que sentían emociones fuertes, recordaban la historia del valiente león y encontraban la manera de manejarlas de forma positiva. Erik ya no se ponía tan rabioso cuando Zeus era pegajoso, y Zeus aprendió a respetar los espacios de su hermano. Juntos, descubrieron que todas las emociones son normales, y lo importante es saber cómo gestionarlas. Con el tiempo, Erik y Zeus se convirtieron en los mejores amigos, compartiendo risas, abrazos y dibujos, siempre recordando que cada emoción podía ser su amiga si la manejaban con amor y respeto.

FIN.

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