Aprendiendo a valorarse
Había una vez en un hermoso jardín, una pequeña mariposa llamada Mariposa. A diferencia de las demás mariposas, Mariposa sentía que algo no estaba bien. Se veía al espejo y pensaba que no lucía tan bonita como las otras.
Un día, mientras volaba por el jardín, conoció a Don Conejo, quien notó que Mariposa estaba triste. - ¿Qué te sucede, Mariposa? - preguntó Don Conejo preocupado.
Mariposa suspiró y confesó: - Siento que tengo un peso fantasma sobre mis alas, como si no pudiera volar tan alto como las demás mariposas. Don Conejo, con cariño, le explicó que ese peso no era real, sino falso, y que ella era tan hermosa como cualquier otra mariposa.
Desde ese día, Mariposa decidió emprender un viaje para aprender a valorarse a sí misma.
Conocía a diferentes animales del jardín, como el sabio Búho y la divertida Ardilla, quienes le enseñaron que la verdadera belleza radica en el interior y que cada ser tiene su propia historia y valor. Poco a poco, Mariposa dejó de sentir el peso falso sobre sus alas y aprendió a apreciar su propia belleza.
Finalmente, comprendió que su verdadero poder residía en su confianza en sí misma y en su capacidad para superar los desafíos. Con esta nueva luz en su corazón, Mariposa voló más alto y más hermosa que nunca, inspirando a todas las criaturas del jardín con su valentía y amor propio.
Desde entonces, Mariposa se convirtió en un símbolo de autoestima y superación en el jardín, recordándoles a todos que, al igual que ella, cada uno es especial a su manera.
FIN.