Aprendiendo con señales de tránsito


Javier era un niño de seis años muy inquieto y curioso. Siempre estaba buscando nuevas cosas que aprender y descubrir.

Un día, mientras caminaban por la calle, vio una señal de tránsito y preguntó a su mamá qué significaba. "Mamá, ¿qué es esa señal con un círculo rojo y una línea diagonal?", preguntó Javier señalando hacia la señal. Su mamá sonrió y le respondió: "Esa es una señal de prohibido estacionar, hijo.

Significa que no se puede dejar el auto en ese lugar". Javier asintió con la cabeza, pero su curiosidad no se detuvo ahí. Cada vez que veía una nueva señal de tránsito, volvía a preguntarle a su mamá qué significaba.

Y ella siempre le explicaba pacientemente. Un día, Javier decidió hacer algo especial para sorprender a su mamá. Se levantó temprano y fue al sótano en busca de cartulinas de colores y marcadores brillantes.

Pasó toda la mañana dibujando diferentes señales de tránsito en las cartulinas. Cuando terminó, salió corriendo hacia el patio trasero donde había preparado una sorpresa para su mamá. Colocó las cartulinas en distintos lugares del jardín simulando calles imaginarias.

Al verlo tan emocionado, su hermanita Lucía se unió al juego y decidió ser el conductor mientras Javier hacía las veces de policía de tráfico. "¡Atención conductores!", exclamó Javier con entusiasmo mientras sostenía un pequeño silbato en la mano.

"¡Aquí tenemos una señal de ceda el paso!"Lucía detuvo su triciclo y Javier le hizo una seña para que continuara. Después, llegaron a otra cartulina con un dibujo de un niño cruzando la calle.

"¡Es una señal de cruce peatonal!", dijo Javier emocionado. "Debemos esperar a que los peatones crucen antes de continuar". Lucía obedeció y esperó pacientemente mientras Javier hacía pasar a sus juguetes, colocándolos del otro lado del jardín.

La mañana pasó volando mientras los hermanos jugaban a aprender sobre las señales de tránsito. Habían creado su propio mundo imaginario donde las reglas eran importantes y todos debían respetarlas. Al finalizar el juego, Javier se acercó a su mamá con una sonrisa radiante en el rostro.

"Mamá, ¡hoy aprendimos mucho sobre las señales de tránsito! Ahora sé cómo mantenernos seguros cuando estamos en la calle", exclamó emocionado. Su mamá lo abrazó cariñosamente y le dijo: "Estoy muy orgullosa de ti, mi amor.

Has demostrado ser un niño muy responsable y curioso. Nunca pares de aprender, porque así podrás lograr grandes cosas en la vida". Desde ese día, Javier siempre estuvo atento a las señales de tránsito tanto dentro como fuera del auto.

Siempre recordaba lo importante que era seguir las reglas para mantenerse seguro en la calle. Y así fue como Javier descubrió que cada signo tenía un significado especial y que aprender podía ser divertido.

Su curiosidad no tenía límites y estaba dispuesto a descubrir el mundo a través de las señales de tránsito.

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