Aprendiendo de la experiencia



Había una vez en un bosque llamado Manantial, tres niños traviesos que se perdieron mientras jugaban. Después de un rato de caminar entre los árboles, encontraron a un viejo árbol parlanchín.

El árbol, con su sabiduría acumulada a lo largo de los años, les ofreció su ayuda para encontrar el camino de regreso a casa. - 'Estoy perdido, y no sé cómo volver con mi mamá', dijo el niño más pequeño, con lágrimas en los ojos.

- 'No te preocupes, pequeño amigo', respondió el árbol. 'He sido testigo de muchos niños perdidos en el bosque a lo largo de los años. Les contaré una historia y al final les daré un consejo que les ayudará a regresar a casa'.

El árbol les contó una historia sobre cómo un grupo de niños logró encontrar el camino de regreso siguiendo las estrellas y usando la brújula que llevaba uno de ellos.

Luego, les enseñó a los niños cómo usar la brújula y les mostró cómo observar las estrellas para encontrar el norte. Con las lecciones del sabio árbol, los niños lograron orientarse y regresar a casa. En su camino de regreso, se encontraron con un imponente dragón.

El dragón, a pesar de su apariencia intimidante, resultó ser amigable. - 'Hola, pequeños valientes. Veo que han aprendido mucho en su viaje', exclamó el dragón con una sonrisa. 'Recuerden, la valentía y la sabiduría son sus mejores aliados.

No importa cuán difícil parezca el camino, siempre podrán superarlo si confían en lo que han aprendido'. Los niños agradecieron al dragón por sus palabras de aliento y continuaron su camino de regreso a casa, llevando consigo las enseñanzas del árbol parlanchín y del amigable dragón.

Finalmente, llegaron a casa, donde sus mamás los estaban esperando con los brazos abiertos. Los niños contaron su aventura y cómo habían aplicado las lecciones aprendidas.

Desde ese día, siempre recordaron la importancia de la valentía, la sabiduría y la amistad en sus vidas.

FIN.

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