Aprendiendo juntos


En una pequeña escuela infantil en Buenos Aires, Melissa era una niña muy curiosa y alegre que siempre estaba lista para aprender cosas nuevas.

Todos los días, se levantaba temprano con una sonrisa en el rostro, emocionada por las aventuras que le esperaban en la escuela. Una mañana soleada, mientras desayunaba con su familia, Melissa les contó emocionada sobre su día en la escuela. "Hoy vamos a hacer un experimento de ciencias", dijo con entusiasmo.

"¡Qué divertido! Seguro que lo pasarás genial", exclamó su mamá mientras le daba un beso en la frente. Melissa llegó a la escuela y saludó a sus amigos con alegría.

La maestra, la señorita Laura, les explicó el experimento del día: plantar semillas y observar cómo crecían. Todos los niños estaban emocionados por ser parte de esta experiencia única.

"¿Qué crees que crecerá más rápido, la semilla de girasol o la de calabaza?", preguntó Juanito, uno de los amigos de Melissa. "¡Yo creo que será la semilla de girasol!", respondió ella con seguridad. Durante toda la mañana, los niños prepararon las macetas con tierra y cuidaron amorosamente sus semillas.

Melissa regresó a casa ese día ansiosa por ver el progreso de su experimento. Los días pasaron y las semillas comenzaron a germinar lentamente. Melissa regaba su planta todos los días y le hablaba animándola a crecer fuerte y sana.

Un día, para sorpresa de todos, la planta de calabaza empezó a crecer rápidamente hasta convertirse en una hermosa enredadera llena de flores naranjas brillantes. "¡Wow! ¡Mi planta es enorme!", exclamó Juanito emocionado.

Pero para sorpresa aún mayor, la planta de girasol también había florecido y ahora mostraba un radiante girasol amarillo hacia el cielo azul. Melissa estaba maravillada con lo que había logrado junto a sus amigos. Aprendió sobre paciencia, cuidado y trabajo en equipo.

Se dio cuenta de lo importante que era tener rutinas diarias como regar las plantas para lograr grandes resultados. Al finalizar el año escolar, Melissa recibió un premio por su dedicación al experimento del jardín.

Estaba orgullosa no solo por ganar el premio sino por todo lo aprendido durante ese tiempo en la escuela infantil. Y así fue como Melissa descubrió que cada rutina diaria puede traer consigo grandes sorpresas y aprendizajes si se hace con amor y dedicación.

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