Aprendiendo sobre los astros



Había una vez un pequeño planeta llamado Tierra, que vivía feliz en el universo junto a sus amigos planetas. Todos los días, la Tierra daba vueltas alrededor del Sol mientras giraba sobre sí misma.

Esta doble acción se llamaba "traslación" y "rotación", y era lo que permitía que hubiera día y noche. La Tierra estaba llena de vida: árboles, animales, ríos y montañas adornaban su superficie.

Pero había algo que inquietaba a la Tierra: ella quería saber más sobre su traslación alrededor del Sol. Un día, mientras observaba las estrellas en el cielo nocturno, la Tierra vio una brillante estrella fugaz pasar volando. Sin pensarlo dos veces, decidió seguirla para encontrar respuestas a todas sus preguntas.

La estrella fugaz llevó a la Tierra hasta un asteroide llamado Asterito. Era un sabio asteroide con miles de años de conocimiento acumulado. La Tierra le explicó su deseo de aprender más sobre su traslación alrededor del Sol.

Asterito sonrió y dijo: "-¡Claro que puedo ayudarte! Pero primero debes superar tres desafíos para demostrar tu valentía y determinación. "El primer desafío consistió en atravesar un campo lleno de cometas brillantes.

La Tierra tenía que esquivarlos con habilidad sin perder de vista a Asterito. Con paciencia y concentración logró superarlo. El segundo desafío fue escalar una montaña gigante hecha completamente de hielo resbaladizo.

La Tierra tuvo miedo al principio, pero con la ayuda de sus amigos planetas que le daban palabras de aliento, logró superar su miedo y llegar a la cima. Finalmente, llegó el tercer desafío: cruzar un río lleno de estrellas brillantes.

Pero el río tenía una corriente muy fuerte que arrastraba todo a su paso. La Tierra no sabía nadar, pero recordó las enseñanzas del agua y los océanos y se dejó llevar por la corriente mientras mantenía la calma. Logró salir del río sana y salva.

Asterito estaba impresionado por la valentía y determinación de la Tierra. "-Has demostrado ser digna de aprender más sobre tu traslación", dijo emocionado. Asterito llevó a la Tierra hasta una sala llena de libros antiguos que contenían información sobre el universo.

Pasaron días enteros leyendo y aprendiendo juntos sobre los movimientos celestiales.

La Tierra estaba fascinada por todo lo que descubrió: cómo su traslación alrededor del Sol determinaba las estaciones del año, cómo influenciaba en las mareas y cómo permitía que hubiera vida en su superficie. Llena de gratitud, la Tierra regresó a su lugar en el universo junto a sus amigos planetas para compartir todo lo que había aprendido.

Desde ese día, todos los seres vivos en la Tierra valoraron aún más su hogar y se maravillaron con cada amanecer y atardecer.

Y así fue como gracias a su valentía para buscar respuestas, la pequeña Tierra se convirtió en un planeta sabio e inspirador para todos los demás habitantes del universo.

FIN.

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