Arcoiris Unicornio Brillo



Había una vez en un mágico bosque, un unicornio llamado Brillo. Su pelaje era de un azul suave como el cielo y su crin relucía con todos los colores del arcoíris. Todos los días, Brillo galopaba por los prados, dejando un rastro de destellos luminosos a su paso. Sin embargo, Brillo tenía un deseo: quería encontrar su lugar especial en el mundo.

Un día, mientras exploraba una parte del bosque que nunca había visitado, Brillo se encontró con una pequeña ardilla llamada Chispa.

"Hola, Brillo! ¿Por qué andás tan pensativo?" - preguntó Chispa, moviendo su colita inquieta.

"Hola, Chispa. Estoy buscando un lugar para mí, donde pueda brillar aún más. Siento que no pertenezco del todo aquí" - respondió Brillo con un suspiro.

Chispa sonrió y dijo:

"Tené paciencia, amigo. A veces, los lugares más especiales son aquellos que aún no hemos descubierto".

Siguiendo el consejo de Chispa, Brillo continuó su aventura. De pronto, escuchó un gran alboroto. Corrió hacia el ruido y encontró un grupo de animales del bosque tratando de ayudar a una tortuga que había caído en un pequeño arroyo.

"¿Puedo ayudar?" - preguntó Brillo, incrédulo de que hubiera alguien en problemas.

"¡Sí, por favor!" - exclamó un ciervo. "La tortuga no puede salir sola".

Brillo decidió usar su magia. Con un suave giro de su cuerno, creó una pequeña corriente de agua que levantó a la tortuga y la llevó con cuidado a la orilla. Todos los animales aplaudían con alegría.

"¡Gracias, Brillo! No sabemos qué hubiéramos hecho sin vos" - dijo la tortuga, agradecida.

Brillo se sintió muy feliz. Pero aun así, no podía dejar de pensar en su búsqueda. Entonces, la tortuga le dijo:

"Brillo, tus acciones son lo que realmente importa. Tu magia es especial, ¡pero también tu corazón!"

Brillo sonrió y aceptó que, quizás, su lugar especial era ayudar a los demás. Así que cada día, decidió ayudar a un nuevo animal del bosque. Aquel día, ayudó a los patitos a cruzar el arroyo, al día siguiente ayudó a un pajarito a construir su nido. Pronto, Brillo se convirtió en el héroe del bosque.

Un día, mientras estaba disfrutando de un paseo con Chispa, vio una nube oscura que se acercaba rápidamente. Se dio cuenta de que el bosque estaba en peligro de ser inundado debido a una tormenta.

"Chispa, tenemos que ayudar a los demás antes de que sea tarde!" - exclamó Brillo, manteniendo la calma.

Su amiga asintió, llena de determinación.

"¡Vamos a avisar a todos!".

Con la ayuda de Brillo, todos los animales se unieron y construyeron represas y caminos para desviar el agua de la tormenta. Cuando llegó la lluvia, el bosque estaba protegido, y todos podían estar a salvo.

Después de la tormenta, los animales celebraron con una gran fiesta en honor a Brillo.

"Gracias, Brillo, por ser nuestro héroe" - dijo el ciervo mientras todos aplaudían.

Brillo se dio cuenta de que su lugar especial era con sus amigos, ayudando y brindando alegría. Brillante y lleno de amor, ya no buscaba más.

"¡Estoy donde quiero estar!" - exclamó Brillo, sintiéndose pleno.

Desde ese día, Brillo nunca dejó de ayudar a sus amigos del bosque, y el arcoíris que adornaba su crin brillaba más que nunca, porque su luz provenía del amor que compartía con los demás.

Y así, el unicornio Brillo aprendió que a veces hay que salir a buscar el propósito, pero que el lugar especial siempre puede ser el que uno crea con sus acciones.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!