Arcoíris y la solidaridad del bosque
Había una vez un pequeño erizo llamado Arcoíris que vivía en un hermoso castillo en lo alto de la colina. Arcoíris era muy especial, ya que su espalda estaba cubierta de púas de todos los colores del arcoíris.
Un día, mientras exploraba los alrededores del castillo, Arcoíris encontró a dos amigos: Luna, una simpática lechuza y Sol, un travieso conejito. Ambos quedaron impresionados por las coloridas púas de Arcoíris y se hicieron amigos al instante.
Un buen día, mientras jugaban juntos en el jardín del castillo, escucharon un ruido extraño proveniente del bosque cercano. Curiosos como eran, decidieron investigar y descubrieron a un grupo de animales tristes y desanimados.
Arcoíris se acercó a ellos con una sonrisa y les preguntó qué les pasaba. Un tierno osito explicó que habían perdido sus hogares debido a un incendio forestal y ahora no tenían donde vivir. Arcoíris se entristeció al escuchar esto y decidió ayudarlos.
Se reunió con Luna y Sol para planear cómo podrían darles nuevos hogares a esos animales. Luna sugirió construir cabañas en el jardín del castillo para que pudieran vivir allí temporalmente.
Sol añadió que podrían pedir ayuda a los demás animales amigables del bosque para recolectar materiales para las cabañas. Así comenzaron su misión solidaria. Con la ayuda de sus amigos animales, Arcoíris, Luna y Sol recolectaron ramas, hojas y piedras para construir las cabañas.
Trabajaron duro durante días y finalmente terminaron las casitas. Los animales tristes se mudaron a su nuevo hogar en el jardín del castillo. Estaban tan felices y agradecidos que organizaron una fiesta para celebrar.
Todos los animales del bosque se unieron a la celebración y disfrutaron de la música, la comida y los juegos. Arcoíris se sintió muy orgulloso de haber ayudado a esos animales necesitados.
Se dio cuenta de lo importante que era ser solidario con los demás y cómo podía marcar la diferencia en sus vidas. Desde aquel día, Arcoíris, Luna y Sol continuaron ayudando a otros animales en problemas. Juntos formaron un equipo increíblemente valiente y generoso que siempre estaba dispuesto a tender una pata amiga.
Y así fue como el erizo arcoíris que vivía en un castillo se convirtió en el héroe del bosque, enseñando a todos la importancia de compartir, cuidar unos de otros y nunca dejar de ayudar cuando alguien lo necesita.
FIN.