Argi y el Viaje a la Luz
Rápidamente, inventó una estrategia y con ayuda de Lúmina, armaron una balsa improvisada con los troncos y lograron cruzar el río.
"¡Lo logramos!" exclamó Argi, llena de alegría.
Pero al llegar a la base del Pico Radiante, se encontraron con un enorme muro de piedras.
"¿Y ahora?" preguntó Argi, sintiéndose un poco desanimada.
"Cada muro tiene una puerta. Solo tenemos que hallar la manera de abrirla".
Argi pensó en todo lo que había pasado, y recordó cómo había utilizado su creatividad para ayudar a los demás. Se acercó al muro y comenzó a buscar una forma de escalarlo. Encontró algunas rocas que podría usar como escalera.
"¡Sí!" gritó. Juntos escalaron hasta el borde.
Una vez en la cima, encontraron una cueva llena de luz. En el centro estaba el Cristal del Sol, resplandecía con una luz dorada.
"¡Lo hicimos!" exclamó Argi. Se acercó al cristal, y al tocarlo, sintió cómo una energía cálida la envolvía.
"Ahora tienes el poder de llevar luz a tu pueblo", dijo Lúmina.
"¿Cómo haré eso?"
"Con el amor y la bondad que has mostrado en tu viaje, podrás compartir tu luz con todos".
Argi, con el cristal en sus manos, regresó rápidamente a Lucesita. Al llegar, quedó asombrada al ver cómo la luz del cristal iluminaba todo a su alrededor.
"¡Miren!" gritó. Todos los vecinos salieron de sus casas, sorprendidos por la luz brillante. "He encontrado la forma de iluminar nuestro hogar".
Desde ese día, Argi compartió su luz con todos. Juntos, transformaron Lucesita en un lugar lleno de alegría y color. Argi comprendió que ser una 'Princesa de la luz' no solo significaba tener luz, sino también compartirla con otros. Y así, cada vez que ayudaba a alguien, su luz brillaba aún más.
Y así termina la historia de Argi y su mágico viaje, un viaje que la llevó a descubrir que la mejor luz proviene del corazón y se multiplica cuando se comparte.
FIN.