Ariana y el Sueño Musical
Érase una vez una niña llamada Ariana, que vivía en un pequeño pueblo lleno de colores y risas. Desde muy temprana edad, Ariana soñaba con ser una famosa cantante. Cada vez que escuchaba música en la radio, su corazón palpito con fuerza y sus pies comenzaban a moverse como si la melodía estuviera bailando dentro de ella.
Caminando por las calles del pueblo, a Ariana le encantaba cantar. Siempre llevaba consigo una pequeña libreta donde anotaba las letras de las canciones que imaginaba. Un día, durante el almuerzo en la escuela, su mejor amiga, Sofía, la miró con curiosidad.
"Ariana, ¿por qué no cantás para el festival de talentos de la escuela?" - le preguntó Sofía.
Ariana se sonrojó. "No sé, Sofía. ¿Y si no le gusta a la gente?"
Sofía la miró con determinación. "Pero ¿y si les encanta? Tenés que intentarlo, Ariana. Todos tienen que escuchar tu voz."
Ariana pensó en eso durante días y, finalmente, se decidió. El día del festival de talentos llegó y todos en la escuela estaban emocionados. La gente llenó la sala y se escuchaban risas y aplausos mientras sus compañeros actuaban.
Cuando llegó el turno de Ariana, sentía mariposas en el estómago. Se puso de pie frente al micrófono y, antes de que pudiera cambiar de opinión, comenzó a cantar una de sus canciones originales. Su voz era dulce, clara y llena de emoción. La sala se llenó de silencio, y luego estallaron en aplausos. ¡Todos estaban maravillados!
Después de su actuación, Ariana estaba radiante. "¡Lo hiciste increíble!" - le dijo Sofía mientras la abrazaba. "Espero que podamos hacer esto de nuevo el próximo año."
Pero Ariana no se conformaba con eso. Quería más. Pasaba horas practicando en su habitación y escribiendo nuevas canciones. Un día, su maestro de música la escuchó cantar durante la clase y se acercó a ella.
"Ariana, tenés un talento extraordinario. Creo que deberías probar suerte en un concurso de canto en la ciudad."
La ciudad estaba lejos y tenía miedo de no ganar. "Pero, ¿y si no llego a ser seleccionada?" - preguntó Ariana.
El maestro sonrió. "Lo más importante no es ganar, sino creer en vos misma y disfrutar de lo que hacés."
Con esas palabras en su mente, decidió audicionar. Fue un camino lleno de nervios y desafíos, pero Ariana se mantuvo firme. El día de la audición llegó, y con su voz resonante, cantó una hermosa balada que creó especialmente para el concurso.
Al final, no solo quedó seleccionada, sino que también ganó el primer premio. Pero lo más valioso para Ariana no fue el trofeo, sino la confianza que había adquirido en sí misma. "Lo logré, Sofía. No tengo miedo de cantar más."
Y así, Ariana continuó su camino musical. Años después, se convirtió en una famosa cantante, pero nunca olvidó los días en los que soñaba con serlo. Siempre regresaba a su pueblo, compartiendo su música y animando a otros a seguir sus sueños, así como una vez le hizo Sofía.
La historia de Ariana nos enseña que no debemos dudar de nosotros mismos. Con determinación, esfuerzo y un poco de apoyo de nuestros amigos, podemos lograr lo que soñamos. La música es un lenguaje que une corazones, y cada uno de nosotros tiene una canción que contar.
FIN.