Ariana y la casa nueva



Ariana era una niña alegre y curiosa que vivía con sus papás y su perro Travieso en una pequeña casa en el campo. Un día, sus papás le anunciaron que se mudarían a una casa nueva en la ciudad. Ariana se emocionó al pensar en todas las aventuras que vivirían en su nuevo hogar.

Cuando llegaron a la casa nueva, Ariana se sintió un poco nerviosa. Todo era diferente: los vecinos, la escuela, y la casa era mucho más grande que la anterior. "Tranquila, cariño", dijo mamá, "pronto te acostumbrarás y verás que este será un lugar maravilloso para vivir".

Papá y mamá comenzaron a arreglar la casa, pero Ariana se sentía un poco perdida. Travieso parecía compartir su sentimiento, así que decidieron explorar juntos. En el fondo del jardín encontraron un viejo columpio. "¡Mira, Travieso, tenemos un columpio!" exclamó Ariana. Juntos lo limpiaron y arreglaron, y pasaron horas divirtiéndose en él.

Una noche, Ariana escuchó ruidos extraños en su habitación. Se levantó valientemente y encendió la luz, y vio que era Travieso quien se había asustado por los sonidos de la ciudad. Se acercó a él y lo abrazó. "Tranquilo, amigo, juntos podemos superar cualquier miedo".

Con el tiempo, la casa nueva comenzó a sentirse más como un hogar. Papá plantó un hermoso jardín, mamá decoró con detalles acogedores, y Ariana hizo nuevos amigos en la escuela. Una tarde, mientras jugaban en el jardín, Ariana vio a un niño triste en la casa vecina. Se acercó a él y le preguntó qué le pasaba. Resulta que él también era nuevo en el barrio y se sentía solo. Ariana sonrió y le tendió la mano. "¡Vamos a jugar juntos, te mostraré mi columpio!".

Así, Ariana descubrió que la casa nueva no solo era un lugar para vivir, sino un espacio donde podía crecer, aprender y ayudar a otros. Con la ayuda de su familia, su perro y nuevos amigos, logró adaptarse a los cambios y convertir la casa en un hogar verdaderamente especial.

FIN.

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