Ariel, el ángel protector
Había una vez un pequeño ángel llamado Ariel que vivía en el cielo. Siempre había sido muy curioso y le encantaba observar a los seres humanos desde las nubes.
Un día, mientras volaba por el cielo, vio a un niño triste que caminaba solo por la calle. Ariel se acercó para ver qué pasaba y escuchó al niño decir: "Nadie me quiere jugar conmigo".
Ariel pensó en cómo podría ayudar a ese niño y decidió enviarle un pensamiento de amor y amistad. El niño levantó la cabeza como si hubiera oído algo y sonrió. Inmediatamente después, otro niño se acercó a él y le preguntó si quería jugar al fútbol con ellos.
El corazón de Ariel se llenó de alegría al ver cómo su simple pensamiento había hecho que ese niño encontrara amigos nuevos. A partir de entonces, Ariel comenzó a enviar pensamientos positivos a todos los niños que veía tristes o solitarios.
Y cada vez que lo hacía, algo mágico sucedía: los niños encontraban amigos nuevos, conseguían buenas notas en la escuela o simplemente tenían un buen día.
Un día, mientras enviaba sus pensamientos desde una nube alta en el cielo, Ariel vio algo extraño. Un hombre malvado estaba haciendo algo terrible en una ciudad cercana. Ariel sabía que tenía que hacer algo para ayudar a esas personas. Entonces decidió bajar del cielo e ir hasta allí personalmente.
Cuando llegó al lugar donde estaba el hombre malvado, vio cómo lastimaba a muchas personas. Ariel no sabía qué hacer, pero recordó que siempre había sido muy curioso y astuto.
Entonces se acercó al hombre y le dijo: "¿Por qué haces esto? ¿No te das cuenta de que lastimas a mucha gente?". El hombre malvado se quedó mirando fijamente a Ariel sin saber qué decir. Luego, lentamente comenzó a cambiar su actitud.
Se dio cuenta del daño que estaba causando y decidió detenerse. Ariel volvió al cielo con la satisfacción de haber ayudado a muchas personas ese día. Desde entonces, continuó enviando pensamientos positivos a todas las personas necesitadas y nunca dejó de ser un ángel curioso y astuto.
FIN.