Atrapadas en la nieve

Josefina y Vera eran dos amigas inseparables que les encantaba patinar sobre hielo en el parque de su barrio. Un día, decidieron ir a patinar a pesar de que la previsión meteorológica anunciaba una intensa nevada.

"¿Estás segura de que queremos ir a patinar hoy? La previsión anuncia una gran nevada", preguntó Josefina con preocupación. "¡Claro que sí! Será mucho más divertido patinar mientras nieva", respondió Vera con entusiasmo.

Así que juntas se pusieron sus abrigos, gorros y guantes para enfrentar el frío y fueron al parque. Cuando llegaron allí, se dieron cuenta de que habían sido las únicas locas en salir con ese frío.

Las primeras vueltas fueron emocionantes, pero pronto comenzó a nevar cada vez más fuerte. Las chicas empezaron a tener dificultades para ver por dónde iban y el hielo estaba cada vez más resbaladizo. "Creo que deberíamos volver a casa antes de que sea demasiado tarde", dijo Josefina preocupada.

Pero cuando intentaron regresar al estacionamiento, se dieron cuenta de que ya era demasiado tarde: había empezado una tormenta de nieve muy fuerte y no podían ver nada. "No podemos caminar así, nos perderemos o caeremos", dijo Vera asustada.

Fue entonces cuando Josefina recordó un refugio cercano donde solían tomar chocolate caliente después de patinar. Con mucho esfuerzo lograron llegar hasta allí y encontraron el lugar cerrado pero pudieron refugiarse bajo el techo del lugar.

"¡Qué suerte que recordé este refugio! Aquí estaremos a salvo hasta que la tormenta pase", dijo Josefina aliviada. Mientras esperaban, las chicas se dieron cuenta de lo importante que era estar preparados para enfrentar situaciones inesperadas como esa.

Se prometieron siempre llevar abrigos extra y algo de comida en caso de emergencia. Finalmente, después de varias horas la nevada paró y pudieron regresar a casa sanas y salvas gracias a su astucia e ingenio.

Desde entonces, nunca más subestimaron el poder del clima y aprendieron la importancia de estar preparados para cualquier cosa.