Aullidos en el Bosque



Había una vez dos hermanas, Priscila y Rebecca, que vivían en un pequeño pueblo rodeado de un bosque frondoso. A ellas les encantaba jugar juntas con masas de colores y explorar el bosque en busca de aventuras.

Un día, mientras jugaban cerca del bosque, escucharon un aullido aterrador. Era el aullido de un lobo. Las dos se asustaron mucho y corrieron hacia su casa lo más rápido que pudieron. -¡Mamá! ¡Papá! -gritaron al entrar en la casa-.

¡Escuchamos un lobo! Sus padres intentaron calmarlas diciéndoles que los lobos no eran peligrosos si uno sabía cómo actuar frente a ellos. Les explicaron que era importante mantenerse alejadas de los lobos y no acercarse demasiado.

Las niñas estaban preocupadas por volver a jugar en el bosque después de haber escuchado al lobo, pero su padre les dio una idea:-¿Qué tal si construimos una casita para pájaros juntas? Podemos hacerla con ramitas y hojas secas del bosque.

Las niñas aceptaron emocionadas la idea y comenzaron a recolectar ramitas y hojas secas para construir la casita.

Mientras trabajaban juntas, se dieron cuenta de que habían aprendido algo nuevo sobre el cuidado del bosque: no debían tener miedo de él sino respetarlo y cuidarlo. Cuando terminaron la casita para pájaros, colocaron semillas adentro para alimentarlos durante el invierno.

Al día siguiente cuando fueron al bosque descubrieron que muchos pájaros habían visitado la casita y se habían alimentado de las semillas. Las niñas estaban muy felices y orgullosas de su trabajo. Desde entonces, Priscila y Rebecca iban al bosque a menudo para cuidar de los pájaros y aprender más sobre la naturaleza.

Ya no tenían miedo del lobo, porque sabían cómo actuar frente a él. Al final, las dos hermanas aprendieron una valiosa lección: el respeto por la naturaleza es importante y puede ser divertido si se lo hace en equipo.

FIN.

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