Aura y sus amigos del bosque


Había una vez una niña llamada Aura que vivía en un pequeño pueblo rodeado de un hermoso bosque. A Aura le encantaba explorar y descubrir cosas nuevas, así que siempre se aventuraba en el bosque con su perro Max.

Un día, Aura decidió ir más lejos de lo habitual y se adentró aún más en el espeso bosque.

Pero poco a poco, Aura comenzó a darse cuenta de que no reconocía los árboles ni los caminos por donde solía pasar. Se había perdido. Aura comenzó a sentirse asustada y preocupada. No sabía cómo volver a casa y el sol estaba empezando a ponerse.

En ese momento, escuchó un ruido entre los arbustos y vio aparecer un zorro astuto. "Hola, pequeña amiga", dijo el zorro con una sonrisa-. "¿Estás perdida?"Aura asintió con la cabeza mientras las lágrimas comenzaban a caer por sus mejillas.

El zorro se acercó a ella y dijo: "No te preocupes, yo sé cómo ayudarte. Si sigues este camino hacia la derecha, llegarás al río. Allí podrás encontrar ayuda para regresar a casa". Aura le dio las gracias al zorro y siguió su consejo hasta llegar al río.

Pero justo cuando llegó allí, oyó otro ruido detrás de ella. Esta vez era una vaca juguetona que parecía estar buscando algo divertido para hacer. "¡Muuu! ¿Qué haces aquí sola?", preguntó la vaca con curiosidad.

Aura explicó que se había perdido en el bosque y estaba tratando de encontrar el camino de regreso a casa. "¡No te preocupes, pequeña amiga! Yo sé muy bien cómo encontrar el camino.

Sigue por este sendero hacia la izquierda y pronto verás una colina", dijo la vaca con entusiasmo-. "Desde allí podrás ver tu pueblo y llegar a casa". Aura se sintió aliviada al escuchar las palabras de la vaca. Siguió sus indicaciones y finalmente llegó a la colina.

Desde allí, pudo ver su querido pueblo y corrió tan rápido como pudo para reunirse con su familia. Cuando Aura llegó a casa, abrazó a sus padres con fuerza y les contó lo que había pasado en el bosque.

Agradecida por haber conocido al zorro astuto y a la vaca juguetona, Aura entendió que siempre hay alguien dispuesto a ayudar en momentos difíciles.

Desde ese día, Aura aprendió dos cosas importantes: primero, nunca aventurarse demasiado lejos sin conocer bien el camino de regreso; segundo, siempre debemos estar dispuestos a aceptar ayuda cuando la necesitemos.

Y así, Aura siguió explorando el bosque junto a Max, pero ahora tenía más cuidado y siempre recordaba las enseñanzas del zorro astuto y la vaca juguetona.

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