Aurora y el libro de sueños
Había una vez una niña llamada Aurora. Desde muy pequeña, ella se encontraba en una silla de ruedas debido a un accidente de tráfico que había sufrido su familia.
A pesar de ser una niña inteligente y valiente, Aurora siempre se sentía triste y desanimada por el bullying que recibía en el colegio. Los demás niños solían burlarse de ella por su discapacidad y la llamaban "niña fea".
Un día, mientras paseaba por el parque con su perro Max, Aurora encontró algo brillante entre los arbustos. Era un libro antiguo con tapas doradas y letras mágicas en la portada. Intrigada, decidió llevárselo a casa para descubrir qué secretos escondía.
Al abrirlo, Aurora se dio cuenta de que aquel libro era especial. Contenía historias fantásticas sobre personajes increíbles con habilidades extraordinarias. Leyendo cada página, comenzó a soñar despierta y a imaginar cómo sería tener un don especial como ellos.
Aurora decidió hacer realidad sus sueños y comenzó a practicar diferentes actividades: pintura, música, escritura e incluso magia. Aunque al principio le costaba mucho realizarlas desde su silla de ruedas, nunca dejó que eso la detuviera.
Un día, mientras tocaba el piano en el auditorio del colegio vacío, ocurrió algo sorprendente. Las notas musicales cobraron vida y danzaron alrededor de Aurora mientras tocaba las teclas con pasión. La música fluía dentro de ella como nunca antes lo había hecho.
Emocionada por este nuevo descubrimiento, Aurora decidió compartir su don con los demás. Organizó un concierto en el colegio y, con la ayuda de sus amigos, logró convertirlo en un evento mágico.
La música de Aurora no solo llegaba a los oídos de las personas, sino que también tocaba sus corazones y les transmitía alegría y esperanza. A partir de ese día, Aurora se convirtió en una inspiración para todos.
Los niños del colegio ya no la veían como "la niña fea", sino como alguien valiente y talentosa. El bullying desapareció por completo y fue reemplazado por el respeto y la admiración hacia ella. Aurora comprendió que su discapacidad no definía quién era ella realmente.
Su don especial había sido siempre su capacidad para hacer felices a los demás a través de la música. Aprendió a amarse tal como era, sin importar lo que dijeran los demás.
Desde aquel día, Aurora siguió compartiendo su música con el mundo entero. Sus notas llenaban teatros y estadios, llevando esperanza y alegría a todas las personas que tenían el privilegio de escucharla.
Y así es como Aurora descubrió que cada uno tiene algo especial dentro de sí mismo, solo hay que encontrarlo y dejarlo brillar. No importa si estamos en silla de ruedas o tenemos alguna otra dificultad, somos capaces de superarnos y alcanzar nuestros sueños más extraordinarios.
Recuerda siempre creer en ti mismo porque tienes un don único esperando ser descubierto.
FIN.