Aventura en el bosque


Había una vez un niño llamado Lucas, que tenía tres años y le encantaba jugar en el bosque. Un día, mientras exploraba entre los árboles, se encontró con Bambi, un ciervo amigable que lo saludó con su nariz.

- ¡Hola! ¿Quién eres tú? -preguntó Lucas emocionado. - Mi nombre es Bambi. Soy un ciervo del bosque -respondió el animal sonriendo.

Lucas estaba fascinado por la belleza de Bambi y comenzaron a jugar juntos entre las flores y los pajaritos que cantaban alrededor de ellos. De repente, apareció un payaso que venía caminando por el bosque. - ¡Hola amigos! ¿Qué están haciendo? -dijo el payaso acercándose a ellos. - Estamos jugando en el bosque -respondió Lucas contento.

El payaso les mostró algunos trucos divertidos y juntos rieron mucho. Mientras tanto, las mariposas revoloteaban alrededor de ellos y el sol brillaba fuerte en lo alto del cielo azul de primavera.

De pronto, escucharon un ruido extraño proveniente del otro lado del bosque. Era como si algo estuviera asustando a los animales del lugar. Bambi decidió ir a investigar qué estaba pasando junto con Lucas y el payaso.

Al llegar al lugar donde se originaba el ruido, encontraron muchas flores destrozadas y pajaritos asustados. Fue entonces cuando vieron a una enorme serpiente reptando entre los arbustos amenazante hacia ellos. - ¡Tenemos que correr! -gritó Bambi alarmado.

Los tres amigos comenzaron a correr lo más rápido que pudieron, pero la serpiente los seguía de cerca. Fue entonces cuando Lucas tuvo una idea brillante. - ¡Payaso! ¿Puedes hacer algo para distraer a la serpiente? -le preguntó al payaso desesperado.

El payaso pensó rápidamente y decidió usar su nariz roja para engañar a la serpiente haciéndole creer que era comida. La serpiente se lanzó sobre él y comenzó a perseguirlo por todo el bosque mientras los demás escapaban.

Finalmente, lograron salir del bosque sano y salvo gracias a su ingenio y valentía. Desde ese día, Lucas aprendió que no importa cuán pequeño o joven seas, siempre puedes hacer grandes cosas si tienes amigos leales y usas tu inteligencia para resolver problemas difíciles.

Y así, vivieron felices en el bosque rodeados de flores, mariposas y pajaritos cantando sus melodías.

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